Los 30 años de trabajo del Movimiento de Apoyo a niños Trabajadores y de la Calle, Asociación Civil (Matraca) se ve reflejado en los 22 niños, niñas y adolescentes que laboraban en las calles y hoy son licenciados e ingenieros que se sienten motivados para apoyar a otros menores que por su condición de pobreza se ven obligados a trabajar y abandonar los estudios, informaron la directora de Matraca, Érika Antonio Blanco, y la procuradora del Área de Vinculación, Josefina Castrejón Holguín
Para conmemorar el Día del Niño, Niña y Adolescente Trabajador y en Riesgo de Calle, integrantes de Matraca organizaron juegos y un convivio para los menores y sus familias en la explanada de la plaza Xallitic, en el centro de la ciudad.
En su participación, Josefina Castrejón consideró que el trabajo infantil “es difícil de radicar” porque hay familias que en su formación tiene usos y costumbres, las cuales les señalan que niños y niñas deben participar en jornadas laborales del campo y oficio que practiquen.
Agregó que los menores de edad interrumpen su formación educativa para asistir al corte de caña y café con el propósito de continuar el uso y costumbre impuesta por tradiciones familiares.
La propuesta es que los menores puedan acompañar a sus padres y madres a realizar las actividades agrícolas pero que no interrumpan sus actividades escolares y que no representen jornadas laborales extenuantes bajo el sol.
Sobre el trabajo infantil, Érika Antonio consideró que las jornadas extenuantes de sol a sol en el campo, no sólo es responsabilidad de las familias, sino que se necesita que empresarios agrícolas sean conscientes del abuso laboral y físico hacia menores de edad”.