La impresión de lonas con el uso de toners desplazó el trabajo de los rotulistas que durante las décadas de los 60, 70, 80, 90 y hasta principios del siglo XXI tuvieron contratos por parte de empresarios que les pedían plasmaran dibujos, anuncios, cifras, ofertas en los cristales y cortinas de acero de establecimientos, refirió Enrique González Baltazar, integrante de una familia de rotulistas.
El hombre de 82 años dibujó y puso color con pintura de acrílico a un tema navideño: El Nacimiento del Niño Jesús, sobre el cristal de un negocio de panadería que lo contrató para embellecer la fachada del negocio.
Su mano derecha la movía lentamente y con precisión sobre el cristal para dar poco a poco la forma al dibujo de María, José, Jesús y el burro que los acompaña en el Nacimiento, y a su vez sus ojos estaban concentrados en la linea que trazaba el pincel.
Enrique expresó que según sus calculos y con base a su experiencia el trabajo de los rotulistas cayó en 90 por ciento debido al avance de la tecnología con la aparición de los “toners gigantes” para rotular lonas, utilizadas para la publicidad en negocios.
Recuerda que anteriormente había más competencia de hombres dedicados a rotular, pero la tecnología los convirtió en desempleados y tuvieron que emigrar a otros oficios, como taxistas, albañiles o lo que fuera para tener recursos con qué mantener a las familias.
“Había muchos rotulistas. Todos han dejado de hacerlo porque ahora todo lo quieren hacer en lona por computación. Pero cuando se trata de pintar cortinas, rotularlas no es igual. No pueden hacer los dibujos o plasmar lo que los rotulistas sí hacemos. Por ejemplo, mire este dibujo del Nacimiento de Jesús, le da otra vista mejor al negocio que colgarle una lona con anuncio de venta de pan”, aseguró.
Enrique defiende su trabajo y asegura que un anuncio o dibujo realizado por un rotulista dura más que una lona y lleva “el plus de ser artesanal”.
Explicó que “la impresión con la tinta del toner es distinto a la pintura que utilizo, es vinilica y aceite; lo que viene en las lonas es impreso por toner, es un polvo, es totalmente distinto. Mi trabajo puede durar más años que un trabajo de impresión, mi trabajo es artesanal”.
Nacido en Xalapa, Enrique recuerda con claridad que a los 8 años comenzó a dibujar en el taller de su padre también dedicado a rotular y aunque no pudo estudiar la Licenciatura en Artes en alguna universidad pública le gusta leer, escribir y documentarse con publicaciones en libros, periódicos y mejorar su técnica.
“Empecé a pintar porque me lo pedía mi papá. Si echaba a perder algo no importaba, era el negocio de mi papá en México. Yo lo traigo de mi padre, es herencia de mi papá. Lo traigo en los genes y también mis hijos, les encanta dibujar”, afirmó Enrique con número de teléfono celular 22 81 49 32 67 para contrataciones de hacer rótulos.
A los jóvenes con talento en el dibujo les envió el siguiente mensaje: “Lo que quieran hacer de aprender, de trabajar que lo hagan. Cuando el arte le llama a uno la atención que sea por vocación, por talento. A mí me gustan hacer cisnes y mariposas, pero hay que tener cuidado porque gente mala se roba nuestra creación”.
Con añoranza, el también padre de familia recuerda que en el pasado era contratado para rotular las cortinas de acero de negocios como “Tiendas Ahued”.
“Fui rotulista por muchos años del señor Ahued y ahora soy de las señoras Campa, de El Fenix y El Iris”, finalizó Enrique González Baltazar.
