Adalberto Tejeda Martínez*
Como es sabido, el doctor José Sarukhán renunció la semana pasada a la dirección de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), que fundó hace tres décadas. El desdén de la titular de la Semarnat a la terna que por ley le presentó Sarukhán para designar al secretario técnico de la Conabio, fue la gota que derramó el vaso que había venido llenándose de desprecio y mala leche derramada por el gobierno federal hacia esta institución. Pero esta nota no se ocupará más del asunto, sino de otro agravio al célebre biólogo, ocurrido hace 9 años en el seno de la Universidad Veracruzana, y que vale la pena recordar ahora que la Junta de Gobierno de la UV está por cumplir un cuarto de siglo de existencia.
En 2013 Sarukhán era el miembro más notorio de dicha Junta, por su calidad de exrector de la UNAM, científico reconocido por estudiosos de la Ecología del mundo entero, con más de 7 mil citas en la literatura especializada que, junto con la creación y la conducción de la Conabio, cuatro años después lo hicieron merecedor del Premio Tyler, algo así como el Premio Nobel de la Ecología. Muchos lectores, no solo dentro del gremio de biólogos, hemos disfrutado su libro Las musas de Darwin, que el Fondo de Cultura Económica edita y reedita desde 1988.
Pero regresemos al 2013. El 16 de agosto la Junta de Gobierno publicó la lista de tres hombres y dos mujeres que pasaron de aspirantes a candidatos a la Rectoría, y dejó fuera a cuatro caballeros y una dama. Una semana después, la sede para el último informe de labores del rector saliente fue tomada por enmascarados que protestaban ¡contra un miembro de la Junta de Gobierno!, el doctor José Sarukhán. Esa protesta, ruin por ser violatoria de la autonomía universitaria y propia de los peores artilugios de la politequería veracruzana, es casis eguro fue auspiciada por el gobierno estatal, encabezado por el doctor Duarte, en esos momentos distanciado del rector Arias y seriamente disgustado ante la posibilidad de que el candidato que éste impulsaba pudiera llegar a la Rectoría.
Las autoridades universitarias pusieron una demanda formal ante el Ministerio Público, pero los hechos hasta el momento no se han aclarado, a pesar de que decenas de universitarios que llegaron temprano al recinto oficial de la ceremonia fueron secuestrados durante cinco o seis horas, hasta que pudieron ir saliendo a escondidas de manera organizada.
El supuesto impedimento del doctor Sarukhán para ser parte de la Junta de Gobierno de la UV por tener un cargo de dirección gubernamental (artículo 6 de la Ley de Autonomía de la UV), que usaron como pretexto quienes enviaron a los rijosos a tomar la sede del Informe el 23 de agosto era un falso supuesto, porque la Conabio no dicta, aplica, implanta ni implementa políticas, sino que ha venido funcionando (o así lo hacía hasta hace una semana) como una institución de asesoría e investigación. Tal es el resumen de la opinión que a inicios de 2013 expresó una jurista a pregunta expresa de la Junta de Gobierno. Sarukhán, por prudencia, quiso renunciar antes de que iniciara el proceso de sucesión rectoral en 2013 pero el resto de la Junta se lo impidió e hizo bien, pues el doctor Sarukhán no solo resume sabiduría en sus varias áreas de interés intelectual, sino que tiene una calidad moral y académica, además de reconocimiento de sus pares científicos y de sus interlocutores, que difícilmente puede presumir algún otro ex rector del país.
- El autor es investigador y ex miembro de la Junta de Gobierno de la UV.
