APUNTES: Comunicación social
Javier Hernand Garcés
La Paradoja
Una paradoja es una afirmación que parece contradecir la lógica o el sentido común, aunque puede ser verdadera o plausible cuando se analiza más profundamente. Las paradojas pueden presentarse en diferentes ámbitos, como la filosofía, las matemáticas, la física, la literatura y demás.
Un ejemplo de paradoja es la llamada “paradoja del mentiroso”, que se presenta cuando alguien dice “soy un mentiroso compulsivo”. Si la afirmación es verdadera, entonces quien la dice efectivamente miente, lo cual significa que la afirmación es falsa. Por otro lado, si la afirmación es falsa, entonces quien la dice no es un mentiroso, lo cual significa que la afirmación es verdadera, de esta manera se podría establecer un ideario sin fin de mentiras y verdades. Es el caso de un expresidente de un país que mintió más de quince mil veces en textos breves en una plataforma de las redes sociales y después cita esas mentiras como verdades “mentirosas” en una repetición imperdonable de epítetos grotescos.
Otro ejemplo es la “paradoja de Zenón”, que plantea que es imposible moverse de un punto A hacia un punto B, ya que en el camino se deben recorrer infinitos puntos intermedios, y para llegar al siguiente punto se debe primero llegar a la mitad de ese punto, y así sucesivamente, lo cual parece llevar a una contradicción con la experiencia cotidiana. Sin embargo, esta paradoja ha sido resuelta por la teoría de los límites y el cálculo matemático.
La paradoja de Epiménides:
“Todos los cretenses son mentirosos” (si un cretense dice esto, ¿está diciendo la verdad o miente?).
La paradoja de Russell:
“El conjunto de todos los conjuntos que no se contienen a sí mismos, ¿se contiene a sí mismo?”.
La paradoja de Buridan:
“Si un burro está exactamente a mitad de camino entre dos montones de heno igualmente apetecibles, ¿cuál elegirá?”.
La paradoja del barbero:
“Un barbero afeita solo a aquellos hombres del pueblo que no se afeitan a sí mismos. ¿Quién afeita al barbero?”.
La paradoja de la omnipotencia:
“¿Puede Dios crear una piedra que sea tan pesada que él mismo no pueda levantarla?”.
La paradoja de la identidad:
“Si un objeto cambia todas sus partes a lo largo del tiempo, ¿sigue siendo el mismo objeto?”.
La paradoja de Zeno:
“Para recorrer una distancia infinita, primero hay que recorrer la mitad, luego la mitad de la mitad, y así sucesivamente. ¿Cómo es posible que lleguemos a nuestro destino?”.
La paradoja de Fermi:
“Si hay tantas posibilidades de vida inteligente en el universo, ¿por qué aún no hemos detectado ninguna?”.
La paradoja de la ignorancia se refiere a la situación en la que una persona es incapaz de identificar su propia ignorancia en un tema particular. A veces se conoce como la “paradoja del conocimiento falso”, porque implica creer que se sabe algo cuando en realidad no se sabe.
Por ejemplo, alguien puede creer que es un experto en un tema, pero en realidad tiene una comprensión muy limitada del mismo. Esta persona puede estar tan segura de su propio conocimiento que rechaza la información o la evidencia que contradice sus creencias.
La paradoja de la ignorancia destaca la importancia de ser humildes en nuestro conocimiento y reconocer que siempre hay más por aprender. Es importante estar dispuestos a aceptar nuevos puntos de vista y a actualizar nuestras creencias en función de la información más precisa disponible.
“No hay mal que por bien no venga” no es una paradoja en sí misma, sino más bien un refrán o una expresión que sugiere que incluso las situaciones negativas pueden tener consecuencias positivas o que a menudo se puede encontrar algo bueno en una situación aparentemente mala. Sin embargo, si se analiza más detenidamente, esta expresión puede ser vista como una paradoja ya que implica que algo que inicialmente se percibe como malo puede resultar en algo bueno, lo cual parece contradictorio. También se podría argumentar que esta expresión sugiere que el mal es necesario para que se produzca el bien, lo cual también puede ser visto como una paradoja. En cualquier caso, esta expresión no es una paradoja clásica como las que se describieron anteriormente.
A veces se utilizan frases o expresiones que parecen paradojas pero que en realidad no lo son, es decir, que parecen contradicciones, pero se pueden resolver con una lógica sencilla. Estas se conocen como “paradojas falsas” o “pseudo-paradojas”.
Algunos ejemplos de “paradojas falsas”:
“Este enunciado es falso”.
Esta es una variante de la paradoja del mentiroso, pero en realidad no es una paradoja ya que simplemente es un enunciado que no puede ser clasificado como verdadero o falso debido a su propia naturaleza autorreferencial.
“La excepción confirma la regla”.
Aunque esta frase puede parecer una contradicción, en realidad se refiere a que la existencia de una excepción a una regla implica que la regla generalmente se aplica.
“Lo único constante es el cambio”.
Aunque esta frase puede parecer una contradicción, en realidad se refiere a que el cambio es una constante en la vida y que todo está en constante evolución.
“Nada es absoluto”.
Esta frase puede parecer una contradicción, en realidad se refiere a que todo en la vida está sujeto a diferentes interpretaciones y que no hay verdades absolutas.
Con todo, estas “paradojas falsas” son expresiones que pueden parecer contradicciones pero que se pueden resolver fácilmente con una reflexión más profunda.
En conclusión, una paradoja es una afirmación que parece contradictoria o absurda, pero que al analizarla más profundamente se puede entender que contiene una verdad o una lógica detrás de ella. Las paradojas son un recurso literario muy utilizado en la filosofía, la literatura y la retórica para presentar ideas complejas y hacer reflexionar al lector o al oyente.
A través de las paradojas se pueden explorar temas como la verdad, la lógica, el conocimiento y la realidad. Las paradojas también pueden ayudar a desafiar las ideas preconcebidas y a cuestionar las creencias establecidas, lo que puede llevar a nuevas perspectivas y descubrimientos.
Es importante tener en cuenta que no todas las afirmaciones que parecen contradictorias son paradojas, y que a veces se utilizan expresiones que parecen paradojas pero que en realidad son “paradojas falsas” o “pseudo-paradojas”.
En general, las paradojas pueden ser un recurso muy interesante para expandir nuestra forma de pensar y de entender el mundo que nos rodea.
Para la elaboración de este escrito se consultó:
Gödel, Escher, Bach: Un eterno y gracil bucle” de Douglas Hofstadter y “Paradojas” de Richard M. Sainsbury,
Javier Hernand Garcés es Licenciado en Derecho, Maestro en Derecho Ambiental y Licenciado en Naturopatía.
