Río Blanco, Ver.- El acto luctuoso para conmemorar a los mártires de Río Blanco del 7 de enero ha caído en el olvido, el desdén que la clase gobernante le otorga a este evento lo hacen ver como una fecha intrascendente para las nuevas generaciones; Carlos Salinas de Gortari fue el último presidente que encabezó el acto.
Atrás quedaron aquellos eventos que cubrían una semana entera de actividades, desde veladas en el desaparecido teatro Río Blanco, hasta actos luctuosos en el que la clase política nacional participaba. Hoy todo eso se redujo a un evento insignificante y sin la presencia de las autoridades federales.
El acto luctuoso del 7 de enero, opina Armando López Macip, escritor e historiador de la zona centro del estado, ha sido olvidado por la clase gobernante. Carlos Salinas de Gortari “fue el último presidente de la República que vino a Río Blanco, fue el 7 de enero de 1991 y ese mismo día inauguró el palacio municipal de Orizaba. Después de él, ningún otro ha encabezado el acto”.
Las razones por las cuales este evento ha caído en el olvido son diversas, a decir del historiador destacan “el modelo económico del país ya estaba cambiando, ya no les convenía el discurso de la Revolución, al cual asociaron los hechos de enero de 1907”.
En ese entonces “ya se contemplaba la reforma laboral. A los presidentes ya no les convenía hacer compromisos con los trabajadores. El modelo neoliberal, que es económico, se deslinda de las centrales obreras. Se acabó el poder de las centrales obreras y también se debilitó el de las cámaras empresariales.
–¿Por eso dejó de ser importante?
–Ya no les conviene seguir explotando el discurso de la defensa del derecho laboral, al contrario, se les agotó el tema, era incongruente con su política económica, se acabó el voto corporativo también.
Hechos de violencia protagonizados por organizaciones de la ciudad de México especialmente que ocupaban este evento para manifestarse, lo que se cuenta entre otros motivos más, “hay que recordar que comenzaron a venir los sindicatos disidentes, hacían escándalo la ruta 100”.
En sus mejores momentos, el evento convocaba a la clase gobernante “y cuando menos, los ex presidentes anteriores a Salinas, al menos una vez en su sexenio venían o en todo caso o enviaban en su representación, por ejemplo, al secretario del Trabajo. Recuerdo a Arsenio Farell Cubillas. Por si fuera poco, la industria textil fracasó, la puntilla fue el Tratado de Libre Comercio (TLC) que en el sexenio de Salinas se firmó con los Estados Unidos y Canadá, aunque fue más fácil asignar la culpa a los conflictos laborales, porque los empresarios textiles ya habían quebrado”.
–¿Será necesario que retomen esos actos, con esa envergadura?
–No se debe perder la memoria histórica, hay que aprender de ella, pero no podemos esperar nada del gobierno, siendo realistas, aún así tenemos que conservar la historia.
De los ex presidentes, recuerda, “a Luis Echeverría Álvarez porque tengo la foto, vino López Portillo y yo estuve ahí pero no tengo foto de ese evento y vino Carlos Salinas de Gortari el 7 de enero de 1991, los anteriores también debieron de haber venido, Adolfo López Mateos gobernó de 1958 a 1964 pero él había sido secretario de trabajo con Adolfo Ruiz Cortines, así que yo creo que vino seis años seguidos y en ese tiempo estaba en todo su esplendor el sindicalismo en México y las centrales obreras eran aliados del gobierno”.
Por su parte, César Silva Reyes, secretario general región Orizaba de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), coincide que el presidente de la República más reciente que encabezó este evento fue Carlos Salinas de Gortari, “él estuvo en el evento del 7 de enero y luego a una reunión con Juan Mata en ese entonces, comparador y dueño de lo que era la Compañía Industrial de Orizaba (Cidosa)”.
Desde ese entonces, “ninguno de los presidentes que le siguieron ha querido venir y los gobernadores del estado, con todo y sus jaloneos, sí estuvieron presentes. En su momento vino Miguel Alemán, le siguió Fidel Herrera, igual estuvo Javier Duarte, Miguel Ángel Yunes y el actual, Cuitláhuac García, vino el primer año de su gobierno, el segundo no vino por el tema de la pandemia y en este tercero, envió en su representación a la secretaria del trabajo Dorheny García”.
La organización del evento tradicionalmente corresponde al ayuntamiento en coordinación con el sector obrero, pero, en esta ocasión la actual administración municipal asumió la totalidad del evento y de plano hizo a un lado a la clase obrera, en especial a la CROC. “En esta ocasión fue una falta de respeto al sector obrero, no nos dieron espacio, no se rindió homenaje a la bandera del proletariado, no tuvimos el uso de la voz, la CROC, por su cuenta tuvo que hacer un breve homenaje; parte de este desdén que vivimos se agudizó con los alcaldes de la llamada 4T quienes prácticamente pretenden desconocer al sindicalismo, aun así vamos a buscar el acercamiento con las autoridades municipales, a lo mejor por ser el primer año, desconocen el protocolo, cómo se realiza este tipo de evento, apenas tomaron posesión, pasaron por alto muchas cosas, esperamos que el próximo año se hagan mejor”.
