Orizaba, Ver.- Las más de 2 mil hectáreas afectadas por los incendios no son los únicos daños que dejaron los cinco incendios forestales en la región Altas Montañas, los siniestros agravaron la pobreza entre las familias de la zona rural, pues las llamas arrasaron con hortalizas y cultivos de consumo familiar, además de casas e insumos de al menos una decena de familias.
Los incendios, según el reporte más reciente, prácticamente están extinguidos y los puntos en los que aún hay fuego son los menos, es el caso del cerro “El Xochio”, donde hay un 90 por ciento de control y 70 por ciento de liquidación. La Secretaría de Protección Civil estatal (PC), instancia que coordinó los trabajos, indica que prácticamente todo está bajo control.
De acuerdo con los resultados de la evaluación “y derivado de los recorridos de corroboración en los polígonos del complejo de incendios atendidos en las Altas Montañas, se reporta como liquidado en los cerros de Soledad Atzompa y controlado con 95 por ciento de liquidación el de Huiloapan-Mendoza, mientras que en Maltrata se cuenta con un 90 por ciento de control y un 70 por ciento de liquidación”.
Estos resultados se tienen “gracias a la participación de las tres aeronaves de Fuerza Civil, Semar y Guardia Nacional, con 62 descargas aéreas, así como las labores de los combatientes terrestres de las divisiones Alfa y Bravo, se ha logrado contener el avance del fuego, manteniendo la superficie estimada de afectación reportada el día de ayer, pero aumentando los porcentajes de control y liquidación en Maltrata y Huiloapan, además de poder dar cierre a Soledad Atzompa”.
Desde la noche del jueves se reportaron altos porcentajes de control y liquidación en la atención al complejo de incendios en los incendios de Maltrata, Nogales, Huiloapan, Ciudad Mendoza, solamente en el cerro “El Xochio”, municipio de Acultzingo, se tiene un 90 por ciento de control y el 70 por ciento de liquidación.
Pero además de las consecuencias de los incendios forestales, las comunidades Palo Verde, Chicauxtla y El Nicho son de las más afectadas, ahí al menos una decena de familias perdieron todo. Desde la vivienda como lo que había en su interior antes de ser evacuados debido al avance rápido de las llamas.
La pobreza de las familias damnificadas se agrava debido a los incendios, para contrarrestar los efectos de los siniestros el sacerdote Marcos Palacios Cárdenas, párroco de la iglesia de San Isidro Labrador, inició una cruzada con la cual empezó la reconstrucción de las viviendas afectadas.
Pronta respuesta de la población: sacerdote
La desaparición del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) influyó en el crecimiento de los incendios forestales en la zona de Orizaba, opina Helkyn Enríquez Báez, vocero de la Diócesis de Orizaba; el sacerdote lamenta que en aras de combatir la corrupción los hayan desaparecido, “hoy esperamos que la ayuda para reconstruir las zonas afectadas”.
“Después de la emergencia que esto provocó, así como el recuento de los daños, las pérdidas cuantiosas de productos que se cosecha en esta zona; las viviendas que se perdieron, así como a desolación y pérdida de muchas hectáreas es lamentable porque es un patrimonio de los bosques y que van afectar a los manantiales a corto o mediano plazo”, dijo.
Con ello también “se registra la degradación de los suelos, así como un incremento en los efectos del cambio climático, el papa Francisco nos llama a cuidar la casa común, nuestro mundo, hacernos responsables de nuestro entorno y nuestro prójimo. No podemos ser indiferentes a lo que afecta a nuestra región, incluyendo el medio ambiente”.
Hoy “debemos hacer conciencia de cómo podemos colaborar para mejorarlo o dañarlo y esto nos lleva a hacer conciencia de la necesidad de instituciones y fondos que ayuden para este tipo de contingencias. Sabemos que hay instituciones que se encargan de las áreas de prevención y el fondo para la atención de desastres, no se puede argumentar que, por combatir a la corrupción, se desaparezcan instituciones y fondos que son necesarios para enfrentar estas contingencias y las necesidades de los ciudadanos”.
También existen las instancias que tienen que regular “y prevenir si se determina que los incendios son provocados, pero además se deben prevenir este tipo de acciones delictivas. Este acontecimiento nos sirvió para ver la solidaridad de las comunidades, de los organismos e instituciones a evaluar lo que se debe de mejorar para atender este tipo de contingencias”.
Se notó “la pronta respuesta de la población, si hablamos de la población, de brigadas de ciudadanos, hubo una respuesta rápida de solidaridad para ayudar a cavar zanjas y con ello evitar propagar el fuego, hubo quienes se dedicaron a llevar alimento a los brigadistas, a los voluntarios para ayudar, aquí hubo una rápida respuesta”.
Ciertamente “parece ser que, en las instituciones, hay una diversificación de la respuesta, las más cercana trataron de acudir a atender la emergencia, pero a nivel estatal se pudo haber atendido más rápido y eficiente, no sabemos si es por la falta de recursos económicos para atener o se haya retrasado la atención y conocimiento de la magnitud del problema. Esto no debe significar que el modo de reparar los daños también vaya a tardar y se pueda ayudar a las comunidades y familias afectadas, lo más pronto posible”.
Se recuerda que tras la catástrofe en Acapulco, ocurrida el 25 de octubre, tras el paso del huracán Otis, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el plan de apoyo y reconstrucción para Acapulco y zonas aledañas, por un monto de 61 mil 300 millones de pesos, de los cuales ya se han ejercido más de 20 mil millones, aún sin la existencia del Fonden.
