miércoles, mayo 8, 2024
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FALANGES: Tercera Modernidad e hiperindividualización: el desosiego existencial

Luis Adalberto Maury Cruz
lmaury_cruz@hotmail.com

¿Qué es la hiperindividualización y qué genera? Esta nace tras el despliegue de la Segunda Modernidad y tiene sus antecedentes en el Renacimiento (en siglo XV) y en el liberalismo clásico (entre los siglos XVII y XVIII,) con su idea de individuo. Para la segunda mitad del siglo XX se desarrolla el neoliberalismo y la globalización estadounidenses bajo los modelos de democracia liberal, libre mercado, propietarismo e hiperindividualización.

El tránsito de modelo individualista de la Primera Modernidad, desemboca en una progresión de la tendencia del individuo y su libertad por encima de lo colectivo y el bien común, que son condiciones propias del modelo económico, social y político neoliberal estadounidense que constituye el núcleo ideológico de la Segunda Modernidad. Y que pervive en esta Tercera Modernidad.

El individuo (que no puede ser dividido, que es miembro de una clase) remite a la persona que mediante un proceso de diferenciación se asume como uno. En este sentido, todo ser humano es individuo por ser uno y al mismo tiempo es miembro de su especie. El individualismo remite a la condición individual del ser humano lo cual de suyo es un hecho.
Sin embargo, desde el liberalismo y el neoliberalismo, en la práctica, la individualización es la separación del ser humano de su comunidad, priorizando el derecho del individual sobre el colectivo. En efecto, es una liberación del individuo de su colectividad, para insértalo en una sociedad de individualizada con lasos psicosociales débiles fundado en la inmediatez y en el hedonismo, para generar una sociedad consumista, donde prima la obsolescencia programada de las mercancías y la adolescencia tardía.

Se ha generado que las personas sean indiferentes ante el próximo e hiperreactivas (como ocurre en redes sociales) con el lejano, basta ver la alharaca por una tragedia puesta en un post, y el desconocimiento del nombre del vecino o de su sufrimiento. Así, como las conductas de cristal ante el desacuerdo o puntos de vista opuestos, que derivan en sobrevictimización, arguende y chismorreo.

Cuando las personas caen en un exceso de la tendencia individualista, que es la hiperindividualización contemporánea heredada de las dos primeras modernidades, se incurre en fanatismo y enajenación bajo el supuesto de la autopercepción y de la libertad individual. En la actualidad llega a absurdos como: negar lo que a todas luces es y que al mostrarlo, por un tercero, se asume como un acto violento. Esto se puede resumir en la idea: “es mi vida y me tienes que aceptar como me percibo”. Ejemplo de este absurdo es: que una mujer se asuma como niño de 12 años cuando tiene 50 y con ello justificar, falazmente, sus relaciones sexuales con infantes, cuando a todas luces es la comisión del delito de pederastia y ella es pederasta.

Esto es un acto intransigente y sumamente violento. La realidad en lo bilógico, en lo económico, en lo político y en lo social está allí se reconozca o no, aunque hay interpretaciones pero unas son plausibles y otras son aberrantes. Una autopercepción que no reconoce un sustrato mínimo básico de realidad es una farsa o un autoengaño, es fraude.

El fraude termina tarde o temprano por ser una acción contraria a la verdad y a la rectitud. En efecto, aparecen los discursos de la posverdad y del relativismo moral y ético; empero en la mente siempre hay una figura o idea de verdad o moralidad, pues sin esto no habría ciencia, ni tecnología, ni forma de defender a los derechos humanos de una persona, ni de reconocer crímenes y criminales.

El hiperndividualismo es una desproporción de lo individual, es el opuesto a un hipercolectivismo; en el primero caso es la tiranía del miembro, por ejemplo: los abusos y el maltrato que hace un niño o adolecente a sus padres o abuelos, porque no satisfacen sus deseos; en el segundo caso es la intolerancia de la tradición comunitaria, por ejemplo: obligar a una persona a seguir patrones arbitrarios para satisfacer caprichos o gustos de grupo.

Si bien hay derecho al libre desarrollo del individuo, este es tal por la comunidad y se debe a ella, no por esto debe ser su esclavo. El punto consiste en garantizar el bien común que es la concurrencia del libre desarrollo de la persona siempre y cuando no vulnere derechos de terceros. Es pertinente reconocer que la persona es una realidad individual y social, los extremos son perjudiciales.

Occidente y en particular EEUU impulsa el hiperndividualismo como un medio para fomentar el consumismo de mercancías, o peor aún para la venta de experiencias huecas basadas en fantasías y deseos aspiraciones hedonísticamente estériles, la mercadotecnia dice: “con este carro serás exitoso y atractivo”, “con este perfume serás seductora y elegante”. Pero esto no colma el espíritu ni da paz interior, por el contrario estresa y degrada la condición existencial.

La autopercepción cuando carece de realidad, sólo empobrece y genera desosiego existencia, esta es una herencia de Occidente, de la Segunda Modernidad.
Un reto en la Tercera Modernidad es buscar el equilibrio entre lo individual y lo colectivo, para ser personas libres y honestas consigo mismas y con responsabilidad social. En fin, ¿usted qué piensa?…