Orizaba, Ver.- “México se convirtió en un gran cementerio”, resume Luz María Reyes Huerta el escenario de violencia en el país y revela “que 24 por ciento de los casos de desaparición son mujeres, y de esos casos, 55 por ciento tienen una edad que va entre los 10 y los 19 años de edad”, el estado “se consolida como el tercero en la República con mayor número de feminicidios; en el 2023 se registraron 56”, acusa.
Considera la activista y representante del colectivo Marea Verde Altas Montañas: “porque encuentran cuerpos de mujeres sin vida, en condiciones que nos duele mencionar, desechadas, en bolsa de basura porque México es un gran cementerio. Están esas otras a las que nunca volvemos a ver. Somos borradas constantemente de la historia, nos nombran “n” en los periódicos, y ahora hasta nos borran del registro de personas desaparecidas; nos duele el estómago y se nos apachurra el corazón. A veces estamos tristes y cansadas del constante trato que nos dan, implicando que nuestras vidas no importan lo suficiente, que nuestro cuerpo no sea sólo nuestro, que nuestras historias no tengan valor y que nuestro miedo crezca cada día más.
”Nos atraviesan las historias y las notas del periódico, hacemos esas historias nuestras tratando de no olvidarlas, porque no queremos que sean una cifra más. Se nos mojan los ojos de lágrimas porque terminamos de velar a una hermana y ya estamos pidiendo que busquen a otra. ¿Hasta cuándo vamos a salir sin miedo? ¿Hasta cuándo vamos a volver a casa? ¿Hasta cuándo vamos a vivir seguras? ¿Hasta cuándo vamos a vivir? Estamos aquí porque nos sentimos parte de quienes tenemos la responsabilidad de construir presentes que soñamos juntas, de quienes tenemos la responsabilidad de crear futuros que hay que hacerlos realidad.
”Tenemos la necesidad de decirlo en voz alta, todos los días, por eso desde nuestra fundación queremos recordar a quienes habían tenido la valentía de emprender el viaje hacia la libertad, hacia la igualdad real, hacia un horizonte en el que las diferencias fuesen señas de identidad y nunca barreras. Somos conscientes de que nada podrá detener a las mujeres organizadas y conscientes, por ello y por las que ya no están, por las que todavía tenemos la suerte de estar, porque si, se sigue tratando de tener suerte, y por las generaciones que nos siguen, para que tengan la libertad de vivir sin miedos.
”Sólo quiero que todas podamos estar seguras y que todas podamos divertirnos sin que haya consecuencias. Que nuestra familia y amigos ya no lloren porque un día no regresemos o nos encuentren muertas. Estamos con el corazón roto porque sus historias son las nuestras, sus miedos y sus sueños, por eso gritamos por ellas”.
