La curaduría feminista se concibe como un tipo de activismo, expresó Karen Cordero Reiman, crítica de arte, curadora y autora de diversas publicaciones sobre arte popular, al participar en el conversatorio “Curaduría, imagen y feminismos: la historia del arte desde las perspectivas de género”.
El evento se efectuó el 11 de agosto en el patio central de la galería Ramón Alva de la Canal (RAC) de la Universidad Veracruzana (UV); en él también participaron Gladys Villegas Morales, profesora de la Facultad de Artes Plásticas; Elissa Rashkin, investigadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC), y María del Rocío Ochoa García, coordinadora del Centro de Estudios de Género (CEG) y moderadora de la plática.
Dicha actividad es la última de la exposición Autorretrato con consciencia. Mujeres, género y feminismos, organizada por el Centro de Imagen en coordinación con la Dirección General de Difusión Cultural y el CEG de esta casa de estudios.
Karen Cordero dijo que al hablar de curaduría feminista se debe hacer desde una perspectiva que busque promover un diálogo de los diferentes aspectos que habían sido invisibilizados, así como en el arte y en la historia del arte.
“Las exposiciones –en general– no tienen que ser vistas como algo que será colgado en paredes para decir: ‘Ay, qué bonito’, sino para interpretar, poner en diálogo las obras y propiciar que suceda algo en el público”.
En relación con dicha exposición, comentó que la curaduría feminista tuvo como objetivo desempacar aspectos de las obras –particularmente de los archivos del Consejo Mexicano de la Fotografía– para saber qué pasaba con la presencia y obras de mujeres.
“Desde la perspectiva feminista, la revisión de un archivo es cuestionar la verdad histórica y ahondar en toda la información que contiene para conocer qué lecturas hay; además, nos permite rescatar materiales que no fueron visibilizados y preservados, averiguar por qué no están dentro de las narrativas”.
En tanto, Gladys Villegas expuso que el concepto de curaduría feminista surgió a partir del trabajo de artistas, historiadoras y activistas, quienes han visibilizado y rescatado de espacios o centros los acervos de mujeres que no habían estado presentes en la historia del arte.
“Dan otros espacios, miradas y voces a las mujeres y momentos históricos, dependiendo cómo se realice la relectura, por ello la importancia de usar la perspectiva de género en la investigación de archivos pues ofrece otra mirada, no solo la mirada patriarcal, la heteronormativa, la religiosa o la eurocentrista.
“El feminismo ha ido deconstruyendo todos estos paradigmas, proporcionando otras lecturas y otros caminos, lo que ha enriquecido la producción artística”.
Finalmente, Elissa Rashkin refirió que la curaduría feminista invita a la reflexión sobre el papel activo de las mujeres en la sociedad; mientras que la perspectiva de género permite ver a las mujeres artistas en diferentes contextos y situaciones. “También es el reconocimiento de la mujer y la diversidad, es el cuestionamiento del modelo heteropatriarcal”.
