Empeñar es una de las principales prácticas de los mexicanos al inicio de año como método “salvavida” para la cuesta de enero que sigue siendo funcional, aunque las prácticas requieren algunos ajustes. El empeño es una opción atractiva ya que el trámite es relativamente sencillo y no depende del historial crediticio.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) antes de empeñar tus objetos de valor debes acudir a varias instituciones a fin de elegir la que te cobre menores intereses.
Sin embargo, esta practica tiene muchas desventajas, ya que los costos por el servicio de empeño son muy altos y terminan prestando siempre una menor cantidad de dinero a la que uno supone que podrías recibir por el objeto de valor que estas empeñando.
Es así como lo que al principio se creía era la solución a su problema económico, después se convierte en una gran deuda que implica hasta el perder la prenda empeñada. Los usuarios de estos negocios están indefensos y gran parte de las casas de empeño no están regulas por las secretarías de Hacienda y de Economía ni por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Así que antes de empeñar cerciórate de su validez en el sitio del Buró Comercial y revisa las quejas que tienen en su contra.
Te recomendamos que si estás pensando en esta práctica como una alternativa, en caso de necesitar dinero de manera urgente en esta cuesta de enero, piénsalo dos veces.
