En el estado de Veracruz se buscan alternativas para el establecimiento de humedales que funcionen como plantas de tratamiento naturales. Actualmente hay cuatro ubicadas en Coatepec, Misantla, Actopan y Úrsulo Galván.
La directora de Vinculación Social y Cultura Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), Brenda Joan Soto, expuso que en la localidad de Pastorías, de Misantla, con más de 3 mil habitantes, se instaló un sistemade este tipo que filtra las aguas residuales de todos los habitantes que antes eran vertidas al río y lo contaminaban.
“El humedal sanea las aguas de toda la comunidad de Pastorías y la gente ya está consciente, para que las aguas que depositen no estén extremadamente contaminadas. Ellos van y lo cuidan”.
Dijo que mientras una planta de tratamiento requiere de filtros, instalaciones, sistema de electricidad, entre otras, este sistema natural representa una opción barata porque es la vegetación y un sistema de filtrado con piedras, arena y grava que ayudan a la descomposición de la materia.
“Una planta (tradicional) requiere filtros, electricidad, que hace que se incrementen los costos. En cambio un humedal es más amigable, más barato; es más tardado pero da muy buenos resultados”, recalcó.
Explicó que sirve para filtrar agua y evitar que las residuales contaminen cuerpos de agua, por lo que se impulsan estas estrategias.
“Esta comunidad ya filtra su agua para que salga menos contaminada. Es como un filtro en una casa, si quisiéramos pudiéramos tener uno, son plantas que hacen la absorción de los contaminantes”.
Brenda Joan Soto agregó que otro punto es Úrsulo Galván, en donde además de contar con un sistema de este tipo se tiene un sendero interpretativo y un vivero; en el CBTIS, en Coatepec, también se rehabilitó uno.
“Ya tenían la primera etapa y con el proyecto se pudo concluir uno y un sistema de captación de agua. En Misantla se tratan las aguas residuales en el río de Misantla que ha estado contaminado y en Úrsulo Galván implementaron este sistema y un sendero interpretativo y un vivero”.
Por su parte, el investigador emérito del Instituto de Ecología (Inecol) y presidente del Comité Mexicano de Manglares, Jorge López Portillo, refirió que aunque estas instalaciones son favorables su correcta operación depende del volumen de agua que se quieran procesar.
Explicó que la materia orgánica se va descomponiendo y procesando, proporcionando oxígeno para que haya una descomposición aeróbica, pero en sitios altamente poblados los volúmenes de filtrado aumentan y si el manglar es pequeño no sería posible hacerlo.
“¿Cómo se le puede hacer para que el sistema de entramado de raíces procese el agua que viene, por ejemplo de Banderilla, que es el drenaje de muchísimas casas que no tienen tratamiento previo pueda filtrar el agua y no se convierta en una obra fallida? Sí funciona pero puede haber una saturación si se le ofrece más de lo que puede procesar”, refirió.
Sostuvo que como estrategia es positiva porque son técnicas conocidas y trabajadas, se deben usar diferentes texturas, desde piedras gruesas hasta delgadas, arenas y encima se ponen los pies de plantas y se comienzan a reproducir.
El investigador refirió que cuando el humedal está bien hecho sus resultados se pueden observar a partir de su primer año de instalación.
“La misma textura porosa empieza a tener un efecto en el tratamiento de las aguas, la idea es que venga de un tratamiento primario a terciario”, concluyó.
