Úrsulo Galván, Ver.- Los pescadores de la Barra de Chachalacas en Úrsulo Galván viven con el temor constante de que un derrame de líquidos de los ingenios azucareros cercanos como El Modelo y La Gloria maten su producción de mojarra y acabe con la pesca en el río y la laguna, que son su principal medio de subsistencia.
Apenas este lunes el derrame de químicos del ingenio Gloria dejó la pérdida de 30 toneladas de mojarra de Mateo Tejada y arrasó con otro tanto de granjas acuícolas cercanas. Asimismo, mató a cientos de peces, jaibas, tortugas y demás fauna en el río Actopan y la laguna Cabana.
Una historia que se repite
Mateo Tejeda, quien tiene más de 20 años como pescador, muestra un grueso folder azul donde guarda una decena de oficios que datan de varios años atrás, fotografías de peces muertos, copias de denuncias y lo más triste para él: la evidencia de cómo durante años han cavado decenas de hoyos para enterrar toneladas de pescado muerto.
Los derrames de líquidos como vinaza o sosa cáustica que usan los ingenios en sus procesos y limpieza producen cada año daños ambientales a pescadores de la zona.
Por ello, apenas en noviembre de 2022 los pescadores de granjas acuícolas dirigieron un escrito a presidente municipal de Úrsulo Galván advirtiendo una vez más los riesgos: “Cada intermedio de zafra cuando realizan los lavados , las reparaciones o cuando preparan la maquinaria para los ciclos de molienda, los cuerpos de agua sufren contaminación, ya sea por residuos químicos o los remanentes de la molienda que se descargan, causando la muerte de las especies que producimos y, peor, de especies que habitan en el río Actopan y Laguna Cabana”, se lee en el oficio.
“En virtud de que está por iniciar un nuevo periodo de zafra, externamos nuestra preocupación y pedimos que se tomen las medidas pertinentes para evitar que se realice una nueva afectación al ecosistema”. El oficio tiene copia y está firmado por ocho autoridades, entre alcaldes, titulares ambientales y la Secretaría de Salud.
Pero esta petición no se atendió, pues el lunes las mojarras tilapia en las jaulas acuícolas aparecieron muertos, junto con especies como camarones, jaibas y otros, todos del río Actopan también murieron, la corriente los terminó de sacar al mar.
“Había un muro de peces muertos de cinco kilómetros desde la desembocadura de río hasta Chalchihuecan, los levantamos y los enterramos”, cuenta Ariel González, de la cooperativa Coto Cabana, mientras alza su mano medio metro para ejemplificar lo que cuenta.
Antes, en julio de 2022 también denunciaron al Ingenio El Modelo, ubicado en Cardel, por la mortandad de un criadero de peces en la laguna Cabana, además de camarón y jaiba: “El ingenio vierte sus desechos a un dren causando un ecocidio”, reclamaron.
La estimación de pérdida en ese entonces fue de 50 toneladas y pusieron una denuncia ante la Procuraduría del Medio Ambiente de Veracruz, pero tampoco avanzó.
Mateo tiene documentados en su memoria derrames desde 1985. Recuerda también que muchas veces se han manifestado intentado hablar con autoridades, pero nada ha funcionado. “Ha habido marchas, bloqueos, protestas, denuncias, hasta pescado muerto se ha ido a echar a las oficinas y nada”.
Las cantidades de la muerte de fauna varía, no siempre sucede en cantidades de toneladas, pero hay una afectación constante.
En 2015, por ejemplo, también denunciaron la mortandad de varias toneladas, en esa ocasión hubo manifestaciones para exigir freno a la contaminación, pero el ingenio no se pronunció públicamente.
“No entiendo porque las autoridades no hacen caso, mira cuánto nos han matado, esto es recurrente, mira cuantos oficios y cartas”, dice Mateo mientras muestra decenas de fotografías donde se ven tapetes de peces muertos.
Aunque la Procuraduría del Medio Ambiente ha clausurado los ingenios, la contaminación sigue. “El año pasado mientras nosotros estábamos enterrando ocho toneladas de pescado, el ingenio El Modelo a esa hora entregaba al ayuntamiento de Úrsulo Galván un tractor, material para construir el deportivo y las letras de Barra de Chachalacas, eso se llama soborno, eso es darles permiso para que sigan chingando (sic)”, cuestiona Mateo.
El ingenio también prometió pavimentar un camino y el dragado del río, pero eso no lo cumplió.
Laguna Cabana un sitio protegido que se contamina
La laguna Cabana, en la barra de Chachalacas, forma parte del archipiélago de lagunas interdunarias de Veracruz y La Antigua, en 2016 fue decretada área natural protegida, aun así es presa de varios derrames de químicos de los ingenios cada año.
Ariel González pescador de la cooperativa Coto Cabana perdió cerca del 30% de su producción en la más reciente afectación del lunes pasado. “No perdimos todo, pero todos los días recogemos entre 10 y 12 peces muertos”. Cuando los expertos midieron la oxigenación de la laguna marco 0.3, una cantidad mínima, pues para la sobrevivencia de seres vivos se necesita una oxigenación de 4 puntos.
El pescador y su familia pueden reconocer los tipos de contaminación, “El agua se pone rojiza cuando es vinaza, también hay otro químico que riegan y el agua se pone blanca, el olor es insoportable, peor que el drenaje. Los ingenios dicen que son accidentes, derrames, pero son cada año, ya no es un accidente, es provocado”.
La esperanza de Ariel y su familia es que las reuniones de las autoridades tengan por fin un resultado.
Pescadores se endeudarán para continuar producción
Para tener siete jaulas con criaderos de mojarra, Mateo pidió un préstamo al banco. Cada jaula tenía diez mil peces, en total 30 toneladas de producción, pero el lunes los peces de diferentes tamaños aparecieron muertos, tuvo que sacarlos en varios viajes de lancha.
La pérdida de su cosecha representa también un grave daño a la economía de más de 50 familias que viven de ese negocio.
Pero también para otros cientos de pescadores de otras cooperativas que por varios días no pueden pescar en el río Actopan ni en la laguna porque la falta de oxigenación mató a cientos de especies. “Qué vas a pescar, ahorita no encuentras ni un pescado, todo se acabó, dejaron a la gente sin trabajar, porque aquí mucha gente vive del río”, comenta.
Ahora para continuar su producción, las familias ya tienen planeado pedir otro crédito: “Qué hacemos, no queda más que seguir y pedir fiado para volver a producir mojarra”.
Mateo estima que la afectación de la reciente mortandad dañó a más de mil 500 pescadores en la región “En Barra de Chachalacas hay 220 productores de caña, pero la mayoría también se dedica a la pesca”.
Lo que sigue
Después de esta última mortandad de peces, las autoridades prometieron convocar a todas las autoridades ambientales, municipales, y de la Comisión Nacional del Agua, para tratar de solucionar esta problemática, primero para reparar el daño a los pescadores y luego para sancionar a los ingenios.
Mientras tanto hasta la comunidad de Barra de Chachalacas han llegado funcionarios de la Comisión de Riesgos Sanitarios y el servicio nacional de sanidad para analizar la calidad del agua y salud de fauna
