Este viernes, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), a cargo de Juan Carlos Contreras Bautista, declaró en estado de emergencia ecológica el tiradero a cielo abierto de Las Matas.
El decreto, que fue publicado en la Gaceta Oficial, detalla que por los desequilibrios ecológicos graves a raíz de su operación desbordada y sin control del tiradero se hace necesario tomar acciones de remediación y restauración.
Una vez superada la emergencia, dice el documento, el tiradero será cerrado al público.
Dicho tiradero opera desde 1977. Se calcula que recibió al menos 3 millones de metros cúbicos de residuos de diversa naturaleza, desde desechos de casa habitación hasta residuos industriales, de comercio y servicio.
Añadió que la degradación de los ecosistemas, la contaminación del agua y la mala calidad del aire, así como la pérdida de paisajes naturales, la emisión de malos olores, fauna nociva y la falta de un aprovechamiento sostenible de las potencialidades de los territorios han afectado la calidad de vida a la población.
Expuso que por ello se decretó la emergencia ecológica, por lo que los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, en coordinación con entidades federales y estatales, deben implementar la mitigación, restauración y preservación del medio ambiente en el sitio afectado.
Los municipios deberán manejar sus residuos sólidos urbanos y de manejo especial, de acuerdo con la legislación ambiental vigente, priorizando la valoración, reutilización y/o reciclado de los mismos, con el fin de disminuir el volumen de los residuos en la disposición final.
La población de los tres municipios es de aproximadamente 586 mil 377 habitantes, que generan cerca de 586.3 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos que son depositadas en Las Matas, pese a que el lugar se ubica en la zona de humedales denominado Pantano de Las Matas.
Sin embargo, la falta de control y operación desbordada ha generado un pasivo ambiental afectando a una importante zona de humedales y a los ríos Calzadas y Coatzacoalcos a causa de la infiltración de lixiviados al suelo y cuerpos de agua subterráneos.
Así como la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, producto de la descomposición de los residuos y de los incendios frecuentes de la basura depositada en el sitio.
