jueves, mayo 2, 2024
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PRI, Requiescat in pace, RIP

Por Luis Bello Estrada

Así como de forma luminosa libro suena muy cerca de libre, de forma lapidaria PRI hoy suena pegadito a RIP. Detestado por el grueso de la población, apenas alcanza los dos dígitos de preferencia efectiva (once por ciento), pero si se toma en cuenta a los indecisos o los que no contestan la encuesta de Enkoll del 30 de agosto de 2023, ni eso logra. Es decir que, estadísticamente, no consigue que al menos uno de cada diez en edad de votar lo haga por el Partido Revolucionario Insitucional. En 1929 nace como Partido Nacional Revolucionario, el partido del estado y de estado, y es evidente que para el año 2024; seguirá existiendo el membrete, pero al no lograr nisiquiera ofrecer un candidato a la presidencia de la república mexicana jugará la suerte de un zombie, “un muerto viviente”.

Existirá como cauda o cola y no del PAN sino de un grupo de interés, que al no ser un partido en concreto, tampoco le adjudicará una definición ideológica efectiva de sus principios, no construirá ninguna propuesta creible de sus intenciones de proyecto de desarrollo nacional. Finalmente su dirigencia al puro estilo “Alito” se constituirá como un grán manipulador, pero manipulado a su vez por poderes económicos y mediáticos. Sus principios serán esencialmente el servilismo al mejor postor, donde se consiga el mayor lucro pero sin importar las personas. Bajo esa lógica habrá dejado de ser propiamente un partido político. Sí, quedarán en él, un minúsculo grupo de oportunistas, los más de ellos confundidos que no entienden que las cosas han cambiado y tanta aberración en su historia no le permitirá el regreso a la opulencia y exceso que alguna vez gozó.

Desde luego que hay que reconocer para el museo de las nostalgias que albergó a los sectores campesino (Confederación Nacional Campesina- CNC) y obrero (Confederación Nacional de Organizaciones Populares CNOP), con las que si bien se alimentaron con demagogia, también reconocieron al pueblo como actor político y con ellas se superaría la gobernanza casi exclusiva de los militares y sus armas. Es decir con él, se instituyó la política en el México del primer tercio del siglo XX. Ese mismo partido en 1934 instaló a Lázaro Cárdenas del Río, una época luminosa para la nación, que de acuerdo a la narrativa actual se le reconoce como la 3T o tercera transformación, en donde el proceso revolucionario se reivindicó, este mismo estadista renombró en 1938 al partido que de PNR pasó a denominarse Partido de la Revolución Mexicana o PRM, para que en 1946 terminara como actualmente se le conoce. De la misma manera, siendo la única opción real de hacer política social; militó ahí el actual presidente de México y motor de la llamada cuarta transformación Andrés Manuel López Obrador, quien enfrentó a la contrarevolución neoliberal sucedida de 1982 al 2018 y puso las bases de los avances de la revolución social actual.

Así, el PRI con el estado construyeron mayormente el México del siglo XX que en sus etapas populista y neoliberal hipotecaron y vendieron respectivamente los bienes de la nación. Al parecer los aventajados del PRI ya han migrado a Morena, y los detractores de este último lo acusan de estar lleno de priistas, ello es cierto y no tendrá que estar mal si esa vieja burocracia trasciende la falta de principios del hoy “RIP” y se nutre de valores humanistas, si reivindica el dicho presidencial del humanismo mexicano, de lo contrario MORENA se extinguirá tan pronto como surgió. El reto para la política y los mexicanos es demostrar que pueden mantener la transformación, (revolución social) al margen de AMLO, que el proyecto sigue aún sin su actor original.