Se logró liquidar un incendio forestal por lo que al corte del 31 de marzo aún permanecen activos dos en la región Altas Montañas, así lo informaron la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).
Detallaron que el siniestro que se suscitó en el municipio de Perote, en el ejido Tenextepec-La Cruz, está liquidado en 100 por ciento, con una superficie preliminar afectada de 1.7 hectáreas del área natural protegida (ANP) del Cofre de Perote.
Asimismo, los municipios que aún mantienen conflagraciones activas son Maltrata, en el predio Aserradero, con 90 por ciento de control y 80 por ciento de liquidación. Se reporta una superficie preliminar afectada de mil 600 hectáreas del Cañón del Río Blanco.
En Soledad Atzompa, el fuego está en el predio Huixtitla, con 100 por ciento de control y 95 por ciento de liquidación, donde 75 hectáreas han sufrido daños.
Para combatir estos incidentes se desplegó un contingente de 462 elementos pertenecientes a los tres órdenes de gobierno como Conafor, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional, Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Protección Civil de Veracruz (PC), Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) y brigadas rurales.
Tras incendios, habitantes sufrirán problemas económicos
Aunque la emergencia por los incendios forestales prácticamente concluyó, ahora vienen los problemas económicos para familias afectadas, pues el fuego consumió hectáreas sembradas de diversos productos, algunos que se comercializarían pero otros eran para el consumo familiar; productores estiman que deben pasar al menos dos ciclos agrícolas para recuperar lo perdido.
De acuerdo con Saúl de Jesús, agente municipal de la congregación Palo Verde, por estos siniestros se habrían perdido 200 hectáreas de aguacate, laurel, limonaria y limón persa.
Asimismo, en Chicahuaxtla se quemaron nueve viviendas y hubo daños en 90 hectáreas de ocote, pino pátula y tlaxcal.
Ante ello, proponen crear un vivero comunitario en cada municipio o zona para que la planta pegue y se logre una buena reforestación.
Planteó que también se debe reactivar el empleo para profesionistas especializados en Ecología, pues en Rafael Delgado, aproximadamente 120 hectáreas de pino y encino quedaron reducidas a cenizas, en la comunidad de Tzoncolco, que perjudicará a unas 35 familias que se dedican a esta actividad.
Mencionó que también se deben incentivar los programas sociales como Sembrando Vida en las comunidades afectadas al igual que en Huiloapan, en donde hay un reporte de 280 hectáreas de árboles maderables que se perdieron en los cerros El Gentil y San Cristóbal.
En esta zona, señala Delfino Madrid Galindo, hay afectaciones para 30 silvicultores que viven de la extracción del producto maderable que en los pasados cinco lustros han vivido de este trabajo.
Asimismo, comentó que se espera que en esta semana sea recibido por las dependencias para que a la brevedad se pueda hacer una reunión y se vea la forma de aterrizar los recursos económicos.
“En resumen, las necesidades económicas y de alimentación apenas están saliendo la luz sobre todo porque hay más 750 hectáreas de tierra dedicadas a la siembra de alimentos en tres municipios. Ahora se debe prepara la tierra para que vuelvan a ser productivas y esto llevará al menos dos ciclos agrícolas para lograrlo.
“Todo esto se sumará a las pérdidas de 2023, pues además de las afectaciones que tiene la zona de pastizales, que es utilizado para el pastoreo de animales, también están las zonas en donde se siembra follaje para la alimentación de animales de granja, que fue lo que se perdió por los incendios”.
Se calcula que se perdió 67 por ciento de los alimentos como rábano, calabaza, quelites, acelgas y espinacas, que se consideran de consumo interno pero también de venta. Ante ello ahora las familias están confinadas a reducir su dieta ante la falta de alimentos, en tanto que el restante de la producción era dedicado a la venta de otras regiones como el caso del aguacate hass.
Esto afectará a la economía de esas familias y tendrán que esperar a la producción de nuevas siembras para hacer trabajar a las tierras lo que representa uso de abono, sistemas de irrigación, entre otros insumos.
