La cuesta de enero se podría extender hasta abril, por lo que la representante de El Barzón de Resistencia Civil, Teresa Carbajal Vázquez, dio algunos consejos al respecto.
Recordó que este periodo se debe a que la economía familiar se ve afectada por las compras navideñas y de fin de año, y el incremento en los costos derivado de la inflación.
“Es el primer momento del año cuando enfrentamos complicaciones económicas para solventar como lo haríamos con más normalidad los gastos diarios y mensuales debido a que se arrastran (erogaciones) de la temporada navideña y de fin de año”.
Por ello, recomendó hacer un presupuesto anual, evitar contraer nuevas deudas, limitar el gasto familiar y detectar los de tipo hormiga.
Recordó que en el primer trimestre del año se hace la actualización de los precios con las políticas del Banco de México, por ejemplo con la gasolina, a los servicios que van impactando los compromisos diarios de las familias mexicanas.
Carbajal Vázquez dijo que la recomendación principal es la elaboración de un presupuesto para delimitar cuáles son los gastos y cuáles los ingresos, “esto ayudará a distribuir por rubros aquellas erogaciones que son fijas, los que son variables, los que son especiales”.
Además, comentó que lo ideal es que parte del aguinaldo y los ingresos que se tuvieron en diciembre se hayan reservado.
Si no fue así, instó evitar caer en fraudes de créditos rápidos de casas de empeños que a veces se tornan todavía mucho más abusivas que las financieras.
A esto se suma la revisión de las deudas y de las cuentas pendientes para poder establecer si es posible avanzar en el pago de algunos compromisos.
“Muchas veces estamos considerando hacer el esfuerzo de comenzar el año sin deudas y buscamos abatir o por lo menos abonar o eliminar aquellas que fueron de más preocupación. Se debe hacer una revisión de todas las cuentas pendientes que se tengan y considerarlas ya en el presupuesto”.
Teresa Carbajal también recomendó hacer un análisis de los gastos hormiga que año con año se tienen. Entre estos, el pago de comidas fuera de casa.
“Cuando todavía no tenemos el hábito de preparar alimento para llevar a la oficina y se paga por comida; el cafecito diario e incluso hasta los chicles”.
También está el pago para la limpieza de las prendas de vestir, y en general cualquier desembolso que se pueda evitar con un poco más de tiempo de participación doméstica y de organización.
