La celebración del Encuentro Palenque: Por una vecindad fraterna y con bienestar, que tuvo lugar el domingo en esa localidad chiapaneca con la participación de 10 países de Centro, Sudamérica y el Caribe, además del nuestro, y la asistencia de los presidentes de Cuba, Honduras, Colombia y Venezuela, así como el primer ministro de Haití, con Andrés Manuel López Obrador como anfitrión, es una gestión sin precedente para abordar el fenómeno de los flujos migratorios de la región en una forma integral, radical y fraterna.
Los representantes gubernamentales reunidos en Palenque emitieron al finalizar el encuentro una declaración en la que se manifiestan por la adopción de políticas y prácticas migratorias acordes con la realidad actual de la región y por el abandono de “aquellas inconsistentes y selectivas para evitar producir arbitrariamente tanto ‘efectos llamada’ como disuasivos, tales como la regularización de ciertas nacionalidades”. Asimismo, acordaron exhortar a los países de origen, tránsito y destino a emprender políticas migratorias integrales, que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y la dignidad de las personas migrantes y sus familiares, incluyendo la promoción de opciones de regularización permanente, que permitan potenciar las contribuciones de las diásporas en sus comunidades de origen y destino.
Para México, el encuentro se traduce en un notable éxito diplomático, en la medida en que logró exponer su punto de vista sobre las formas de abordar el fenómeno migratorio y sumarle a esa visión el respaldo de 10 países. Así, gobernantes y cancilleres se comprometieron a emprender acciones concretas para generar bienestar en sus naciones y combatir el tráfico de personas, la inseguridad y la corrupción, como formas concretas de atacar las raíces de la emigración, algo que ya ha venido realizando el gobierno mexicano en El Salvador, Honduras y Guatemala con la aplicación en esos países de los programas sociales Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
No menos importante, el encuentro otorgó su respaldo a Cuba y se manifestó por el inicio de un diálogo entre esa nación y Estados Unidos que conduzca a la normalización de las relaciones entre ambos, lo que no puede entenderse sino como la superación definitiva del bloqueo económico criminal que Washington mantiene desde hace seis décadas sobre la isla caribeña y que es uno de los factores causantes de la emigración cubana actual. Debe remarcarse, asimismo, el beneplácito de los asistentes por la paulatina superación de la crisis que ha padecido Venezuela y que, al igual que en el caso cubano, tiene su principal razón en las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos en contra del gobierno de Caracas.
Cabe esperar, finalmente, que las naciones que acudieron a la convocatoria del Presidente mexicano traduzcan en acciones los compromisos signados y que la clase política estadunidense acuse recibo del mensaje que se le envía desde Palenque: que la migración debe atenderse no con muros, policías, cárceles y persecución, ni con regulaciones hipócritas e inhumanas, sino en forma propositiva, fraterna y humanitaria.