miércoles, mayo 8, 2024
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Xóchitl vuelve a pendejiarla // Invita a violar ley electoral // ¿Se animarán los magnates?

México SA

Carlos Fernández-Vega


La candidata de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, durante su participacion en el encuentro organizado por la Coparmex.Foto María Luisa Severiano

Brillante que es, Xóchitl Gálvez de nueva cuenta la pendejió al invitar a los empresarios del país a violar abiertamente la ley electoral, pues les propone que hagan campaña a su favor, que convenzan a sus trabajadores a que voten por ella y a que dejen de ser timoratos y miedosos, porque de otra forma nos lleva el carajo. Y su convocatoria a que se salten las trancas se registró justo en un convivio organizado por una de las agrupaciones patronales más reaccionarias y que más ha metido las manos y las narices (junto con el Consejo Coordinador Empresarial), la Confederación Patronal de la República Mexicana, en los procesos políticos sucesorios en el país.

Ante cámaras y micrófonos, la émula de Vicente Fox dijo a los empresarios agrupados en la Coparmex: “les voy a cantar derecho; hay dos caminos: claudicamos o luchamos; yo los invito a luchar, a ponerse las pilas; yo me estoy jugando todo; me pude haber quedado en mi zona de confort como empresaria, a hacer dinero y estar tranquila, y decidí dar la pelea por ustedes, por sus hijos y sus familias, así es que los necesito: sepárense dos meses y medio de sus empresas y pónganse a hacer campaña, convenzan a sus empleados, convenzan a la gente de la comunidad (a que voten por ella), no hay mañana, o autoritarismo o democracia, o combustóleo o energías limpias, o educación para el trabajo o la asistencia de por vida … los necesito no timoratos, no miedosos; pierdan el miedo o nos lleva el carajo”.

En castellano simple, lo que Xóchitl sin tapujos propone a los patrones agrupados en la Coparmex (y por extensión a otras organizaciones de la cúpula empresarial) es que descaradamente hagan lo que saben hacer: violar la ley electoral, meter las manos donde ésta lo impide, convencer a sus empleados –aunque se separen de sus empresas dos meses y medio– para que voten por ella y, desde luego, invertir mucho dinero en su campaña (compra de votos incluida), es decir, lo mismo que hicieron Fox, Calderón y Peña Nieto: regalar un banco de sangre a los vampiros de la Coparmex y demás organismos cupulares del sector privado.

Y como Xóchitl no tiene la menor de idea de qué es y a qué obliga la ley electoral, entonces se fue por la libre para invitar a los patrones a que en sus respectivas empresas coaccionen el voto, chantajeen a sus empleados, amenacen con quitarles la plaza si votan en un sentido distinto al que se les ordena y, en fin, induzcan el sufragio a quienes consideran de su propiedad (los trabajadores), algo en lo que, dicho sea de paso, las organizaciones cupulares del sector privado tienen el colmillo retorcido.

Cómo olvidar el dedo flamígero de quien fuera, en el periodo electoral de 2006, cabeza visible de la Caintra Monterrey, también ex presidente de la Coparmex, Alberto Fernández Garza, que amenazó con una huelga fiscal del empresariado si el candidato Andrés Manuel López Obrador ganaba la elección presidencial. O la mano negra del Consejo Coordinador Empresarial (con José Luis Barraza como cabeza visible, quien después apareció como uno de los accionistas de la reprivatizada Aeroméxico), disfrazada de libertad de expresión, en la campaña sucia en contra de quien calificaban como un peligro para México, con propaganda negra en los canales de Televisa y Tv Azteca, que alimentaba el voto del miedo ante el riesgo de cambiar de rumbo, porque apostarle a algo distinto implicaría retroceso. Y ante todo ello, el Instituto Federal Electoral fingió demencia.

Lo mismo en las elecciones de 2012 y 2018, cuando los dueños de Soriana, Coppel, Grupo México (el tóxico Germán Larrea), Grupo Bal (Alberto Bailleres), FEMSA (José Antonio El Diablo Fernández), Grupo Chihuahua (Eloy S. Vallina Lagüera), Herdez (Héctor Hernández Pons Torres), Aeroméxico (Andrés Conesa, ex asesor de Pedro Aspe), Kimberly Clark (Claudio X. González Laporte) y algunos más (casi todos integrantes del Consejo Mexicano de Negocios), que descaradamente amenazaban a sus respectivas plantillas laborales con el pretexto de que con su voto razonado e inteligente alejarían al país de políticas populistas.

En síntesis, Xóchitl invita a los empresarios a que de nueva cuenta enseñen el cobre, aunque quién sabe si se animen, porque su derrota está prácticamente garantizada.

Las rebanadas del pastel

Como el gobierno nada ha hecho para reconstruir Acapulco, autoridades del sector turístico informan que el puerto ya cuenta con 8 mil 300 habitaciones y 180 hoteles en operación, con lo que se declara preparado para el Tianguis Turístico y la Convención Bancaria.

Twitter: @cafevega

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