Orizaba, Ver.- Veracruz se ubica entre los cinco estados del país donde incrementó el tráfico de mujeres para vincularlas a la explotación sexual; el Observatorio Nacional Ciudadano y el colectivo “Marea Verde, Altas Montañas” coinciden en que, tras la desaparición de mujeres operan bandas de trata; además las redes sociales son las herramientas más usadas para enganchar a mujeres, especialmente jóvenes y con precariedad económica.
De inicio, Luz María Reyes Huerta, representante del colectivo Marea Verde, plantea que “este es un tema que desde hace muchísimo tiempo está muy presente en la vida de los veracruzanos. La desaparición de mujeres cada vez crece más en el estado y también tiene que ver con la trata de personas. Es muy difícil tener cifras al respecto, pues en la mayoría de los casos no se denuncian”.
Esto se debe, considera, “a que los familiares en ocasiones lo que desean es recuperar a su familiar, más que denunciar y sobre todo también existe temor porque detrás de cada uno de esos casos de trata de personas, generalmente existen bandas que se dedican a esa actividad ilícita, lo que dificulta muchísimo que realmente haya una consecuencia legal para este ilícito”.
Pero este problema tiene particularidades, “las que están más expuestas son las más jóvenes por su misma situación de vulnerabilidad o por su situación económica, familiar, la misma edad, quieren tener independencia, salir, en resumen, son cuestiones emocionales que aprovechan los enganchadores muy bien para explotarlas al máximo; es una problemática muy difícil y que estamos viendo cada vez con más frecuencia en esta zona”.
Veracruz es uno de los estados donde se recluta más a las mujeres para la explotación sexual, “las estadísticas se han incrementado en los últimos años, muchas de ellas son enganchadas y sobre todo en algunos municipios que están más alejados. En esos lugares, todo esto está muy normalizado, sobre todo que las mujeres a los 16 o 17 años se vayan con el que les llegó, las enamoró y se la llevan”.
Sucede que la familia no identifica este hecho como una desaparición, precisa, “el que sus hijas no tengan comunicación con ellos durante un largo periodo de tiempo se normalizó; este tipo de hechos está muy presente en algunos municipios, sobre todo, los más alejados de la ciudad, esa es la costumbre, que a esa edad se van y después con el paso de los años aparecen, con el esposo en el mejor de los casos, pero muchas de estas mujeres son víctimas de la trata de personas”.
Actualmente, “la problemática es altamente frecuente y de acuerdo con los datos hay mujeres que son enganchadas en la trata de personas y tienen como destino final nuestro estado para ser explotadas en el trabajo sexual, es decir, que las traen de otros estados a trabajar al nuestro y se conjugan las dos vertientes, “las de acá se las llevan a otros lados y a otras las traen aquí”.
Por su parte, el Observatorio Nacional Ciudadano, a través de un documento señala que las redes sociales se convirtieron en una de las herramientas más utilizadas para secuestrar a mujeres. En uno de sus apartados, denominado, “Las redes sociales y la trata de personas”, se señala que “con el uso creciente de Internet y la incursión de las plataformas digitales conocidas como redes sociales, los grupos criminales han ido adaptando sus estrategias a favor de la comisión de diversos delitos. Particularmente, la trata de personas se ha visto beneficiada con el uso de estos medios de comunicación digitales. Los victimarios han ideado nuevos métodos de reclutamiento, nuevas rutas de traslados y nuevas formas de tener ganancias a partir de la explotación de adultos y niños. Ahora, los delincuentes pueden hacer el reclutamiento sin moverse del comedor de su casa, a través de las comunicaciones telefónicas, las aplicaciones de mensajería instantánea, los anuncios en la web y las redes sociales con la llegada de las tecnologías de la información y la comunicación”.
Alrededor del mundo, se lee, “esta situación se agudizó con la llegada de la crisis sanitaria por el covid-19. Como lo detalla la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la pandemia trajo consigo cambios en el modus operandi de los tratantes, quienes se han adaptado a la Nueva Normalidad y desde el comienzo de la emergencia trasladaron el reclutamiento de víctimas adultas y niños a los métodos en línea”.
En el reporte, se da a conocer, “que aprovechando la cantidad de tiempo que las personas dedican al Internet, los delincuentes han anunciado trabajos falsos en las redes sociales. El informe ofrece indicadores que dan muestra de ello: una de cada tres víctimas de trata de personas fueron objeto, desde el inicio de la pandemia, de al menos una oferta que estaba directa o potencialmente relacionada con una posible explotación”.
Estas ofertas incluían explotación sexual y en la mayoría de los casos se hicieron en línea. A partir de un estudio con víctimas de trata de personas en varias regiones del mundo, la ONU informa que, frente al cierre de burdeles, bares y salones de masajes en el contexto de la pandemia, los tratantes trasladaron la explotación sexual aún más a la clandestinidad”.
Las víctimas encuestadas y entrevistadas informaron que las mujeres y las niñas, “son cada vez más explotadas en apartamentos privados. La explotación también se ha movido en línea: 31 por ciento por ciento de los encuestados informaron que la explotación de las víctimas se ha trasladado a métodos en línea. Los grupos criminales han abierto nuevas rutas de tráfico y métodos de transporte. Los participantes del estudio enfatizaron que en muchos casos estas rutas son más complejas, más largas y más peligrosas que las utilizadas antes de la pandemia”.
