jueves, mayo 9, 2024
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150 años: Madero espiritista

Wenceslao Vargas Márquez

Se cumplen 150 años del nacimiento de Francisco I. Madero el 30 de octubre de 1873, quien fue presidente de la República por unos pocos meses entre noviembre de 1911 y febrero de 1913, fecha en que fue asesinado.

El tema central de estas líneas no es recordar lo que ya se ha dicho una y otra vez de este hombre excepcional que se propuso y logró lo impensable: derribar una dictadura de más de tres décadas de vida. El masón Madero derribó la dictadura del masón Porfirio Díaz. Lo que se proponen estos párrafos es recuperar la faceta espiritista del quien ha sido llamado Apóstol de la Democracia.

Madero fue espiritista practicante, y las decisiones que tomó en su vida pública, las más notorias, las principales, fueron ordenadas, indicadas, por las manifestaciones de espíritus que él invocaba como lo que era: médium mecánico. Eso decía Madero de sí mismo, que era médium escribiente.

¿Cómo funcionaba su actividad espiritista? Madero se sentaba frente a una mesa con una hoja de papel en blanco encima y colocaba su mano con un lápiz o pluma sobre ella, entraba en trance y la mano escribía sola. Salía del trance y veía y leía lo que había escrito inconscientemente. Estos textos tenían iniciales o nombres como firma. A veces Raúl, a veces B.J., a veces José, y otros.

Esos espíritus firmantes de las actas o cartas que Madero escribía en trance le ordenaron escribir su obra política magna: La Sucesión Presidencial de 1910. Los espíritus le ordenaron incluso la fecha de su publicación. Le indicaron también de dónde abrevar y documentarse para su redacción. Los espíritus le pidieron que para redactar La Sucesión Presidencial leyera la famosa obra liberal decimonónica México a través de los siglos. Madero obedeció en todo. Al final le ordenaron los espíritus lanzarse a la lucha revolucionaria y Madero se lanzó a esa lucha desigual confiado en el triunfo que los espíritus le garantizaban. Todo esto obra por escrito.

Narra Madero en sus Memorias, fechadas en enero de 1909, que su contacto inicial con el espiritismo data del año 1891, a los 18 años de edad. Dijo: “el acontecimiento que ha tenido más trascendencia en mi vida, fue que el año de 1891 llegaron a mis manos, por casualidad, algunos números de la Revue Spirite, de la cual mi papá era suscritor”, y se declaró ateo: “En aquella época, puedo decir que no tenía ninguna creencia religiosa”.

Madero narró cómo se hizo médium. “Cuando me penetré de lo racional y lógico que era la doctrina espirita, concurrí en París a varios círculos espiritas, en los cuales presencié algunos fenómenos interesantes. Los médiums cuyos trabajos fui a presenciar, me manifestaron que yo también era médium escribiente. Desde luego quise convencerme de ello y me puse a experimentar según las indicaciones que hace Kardec en el libro de los Médiums. Mis tentativas sólo me dieron como resultado que trazara una pequeña línea con muchas sinuosidades, lo cual atribuía yo al cansancio de la mano al permanecer mucho rato en la misma postura”.

Pero Madero practica una y otra vez hasta que logra dominar la técnica: “Se me ocurrió renovar mis tentativas con verdadera constancia, y a los muy pocos experimentos empecé a sentir que una fuerza agena a mi voluntad movía mi mano con gran rapidez. Como sabía de qué se trataba, no solamente no me alarmé sino que me sentí vivamente satisfecho y muy animado para proseguir mis experimentos. A los pocos días escribo con una letra grande y temblorosa ‘Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo’. Esta sentencia me causó honda impresión, y, siendo contraria a lo que yo me esperaba, me hizo comprender que las comunicaciones de ultratumba nos venían a hablar de asuntos trascendentales”.

Sus conocimientos espiritistas aumentaron y decidió publicar un libro al respecto en 1911 y no pudo hacerlo sino bajo seudónimo, el seudónimo Bhima. Escribió: “Como no sería justo que no se beneficiaran mis hermanos (me refiero a toda la humanidad en general) con esos conocimientos y con esa práctica que he adquirido, pienso escribir un libro sobre estos asuntos, tan pronto como pueda disponer de una temporada de reposo. Quizá al terminar la campaña electoral de 1910”. Fue también homeópata y en sus Memorias anotó cómo llegó a ella: “Los acontecimientos de más importancia para mí, fueron mi conocimiento de la homeopatía en el año de 1896, que fue enteramente incidental, y que debo al coronel Carlos Herrera”.  

¿Por qué Madero escribió el libro La sucesión presidencial y por qué se lanzó a la Revolución? Hay que leer su correspondencia y documentación privada de la que la SHCP publicó dos tomos para saber que lo hizo por una solo razón: porque diversos espíritus se lo ordenaron en sus sesiones como médium mecánico o médium escribiente. Cualquier otra explicación absolutamente carece de sentido.

X: @Logiasymasones