La inflación general de México en la primera quincena de junio siguió bajando su velocidad a 5.18 por ciento anual, su menor nivel desde marzo de 2021, debido a la caída en los precios de las mercancías como reflejo de la apreciación cambiaria, el descenso de los combustibles y el comportamiento favorable de los precios agropecuarios, a pesar de las condiciones de sequía.
Aunque los bienes alimenticios y de bebidas disminuyen a una velocidad más lenta (10.67 por ciento anual), pues llevan 30 quincenas consecutivas con inflación de doble dígito arriba de 10 por ciento, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se desaceleró más de lo esperado por el mercado que esperaba una variación de 5.31 por ciento, logrando así 10 quincenas con descensos consecutivos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación general reportó un avance quincenal de 0.02 por ciento en la primera mitad de junio.
Los encuestados por Citibanamex pronosticaron que durante la primera mitad de junio la inflación general sería de 0.15 por ciento quincenal o 5.31 por ciento anual, menor al 5.67 registrado en las dos semanas previas. Para el componente subyacente, los analistas proyectaron incremento de 0.22 por ciento quincenal o 7.03 por ciento anual, menor que el 7.32 por ciento observado hace una quincena.
Los precios de las mercancías, aunque siguieron mostrando variaciones elevadas, se han desacelerado significativamente, reflejo de la dilución de los choques de oferta que tuvieron lugar en años previos y de la apreciación del tipo de cambio. El apartado de los servicios ha cedido con menos claridad, a raíz de las distorsiones en los procesos de formación de precios y las presiones salariales, resultantes de un prolongado y acentuado periodo inflacionario.
Incluso los servicios de vivienda parecen continuar al alza, mientras aquellos distintos a vivienda y educación han perdido algo de fuerza.
Sorprende subyacente
La inflación subyacente –que determina la trayectoria de la inflación general a mediano y largo plazos, y que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía– sorprendió a la baja, destacando una caída en los precios de mercancías no alimenticias.
Asimismo, tuvo un aumento de 0.11 por ciento a tasa quincenal y de 6.91 por ciento a tasa anual (analistas esperaban 7.03 por ciento), la menor desde marzo de 2022.
En el mismo periodo, el índice de precios no subyacente, que incluye productos agropecuarios y energéticos, cayó 0.26 por ciento quincenal y creció 0.03 por ciento a tasa anual.
La inflación anual ha sido ayudada con mucha fuerza por rubros como el gas doméstico (con una caída de 30.1 por ciento), clave para entender la dinámica actual. De cualquier manera, los efectos de base probablemente seguirán apoyando la tendencia de baja al menos hasta septiembre de este año, precisó Alejandro Padilla, director general adjunto de análisis económico y financiero de Banorte.