jueves, mayo 23, 2024
Anúnciate aquíGoogle search engine
- Advertisement -spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Exigimos detener y castigar el genocidio del pueblo palestino

Colectivo Palestina en el Corazón de Xalapa

Hace unos días, el 5 de abril,  estuvo en Xalapa el embajador del pueblo palestino. Su presencia nos ayudó a entender lo que está haciendo el ejército del Estado de Israel con las poblaciones inermes de Palestina. La información que hoy circula por todo el mundo indica que estamos ante un terrible acto de exterminio: se destruyen escuelas, hospitales, viviendas, calles, redes de agua, carreteras: todo lo que puede sostener la vida de un pueblo. 

Eso es lo que se llama genocidio. La palabra no existía antes de la Segunda Guerra Mundial. Se acuñó para dar cuenta de las atrocidades cometidas por Hitler y su ejército en contra del pueblo judío. En 1945, terminada esa guerra, los responsables del crimen cometido contra las personas de origen judío fueron enjuiciados. En diciembre de 1946, tras la conclusión de los juicios, la Asamblea General de la recién creada ONU declaró el genocidio como un delito dentro del derecho internacional. Dos años más tarde, adoptó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, un acuerdo de 1948 que calificaba de “azote odioso” el intento de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Desde entonces, el genocidio está proscrito por la comunidad internacional.

Es terriblemente triste que ahora sea Israel, una nación que alberga al pueblo judío que sufrió genocidio hace exactamente 80 años, quien repita ese intento de destruir a un grupo nacional y étnico. Dos relatoras de las Naciones Unidas el 4 de abril denunciaron: “Estamos consternados por la masacre de civiles perpetrada por las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza. El mundo está siendo testigo del primer genocidio mostrado en tiempo real por sus víctimas”. 

Los colonos israelíes quieren adueñarse de las tierras palestinas. Destruir hospitales y asesinar a los médicos y enfermeras que atienden a los heridos es un crimen. La población palestina carece ahora del derecho a la salud. Se ha aniquilado toda la infraestructura capaz de prestar primeros auxilios. Es claro que la instrucción que siguen los soldados israelíes es arrinconar y expulsar de sus tierras a los palestinos. Se trata de destruir el porvenir palestino: las mujeres no tienen donde dar a luz, las familias no tienen alimentos, los jóvenes no tienen donde educarse, son asesinados por una violencia atroz que no perdona a nadie.

¿Podemos permanecer callados ante este genocidio? Parece mentira que un pueblo que sufrió el Holocausto, le haga lo mismo a un pueblo indefenso. Ya son varios los países que han denunciado la injusticia cometida por Israel. Al lado de Sudáfrica, que presentó una denuncia ante el Tribunal Internacional de Justicia, el tribunal de la ONU encargado de dirimir disputas entre Estados, se encuentran ya España, Turquía y Colombia. Es necesario detener el exterminio. Israel está obligado a respetar el territorio de Palestina, y tiene que reconocer el derecho de su pueblo a contar con su propio Estado. Invadir las tierras de un pueblo y masacrarlo es inadmisible. ¡Basta ya!

Los jóvenes estudiantes de varias naciones se están movilizando desde sus Universidades para exigir un alto a esta barbarie. Tiene que oírse su voz: Israel debe ser sancionado: el daño cometido contra las familias palestinas debe ser resarcido. 

¡¡¡Fuera Israel de Palestina!!!