Orizaba, Ver.- La violencia escolar en México, en la que se incluyen acoso e intimidación sexual, ha tenido un incremento principalmente a través de medios digitales; la pandemia por covid-19 fue uno de los factores, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) denominado “Panorama nacional sobre la situación de violencia contra las mujeres en México”.
La violencia escolar en contra de ellas “mostró un aumento de 2.8 puntos porcentuales, el mayor incremento en la prevalencia de violencia en los 12 meses previos al levantamiento se dio en la violencia psicológica con 4.2 puntos porcentuales y en la sexual 3.0 puntos porcentuales, principalmente por actos de degradación emocional 10.4 por ciento e intimidación sexual 12.4 por ciento, de los cuales el mayor incremento lo constituye la violencia a través de medios digitales”, se lee en el estudio.
Con base en lo anterior “se observa que, si bien la violencia física tuvo una reducción, la violencia psicológica y sexual contra las mujeres en el ámbito escolar se preservó, e incluso aumentó a través de medios digitales. Con base en el análisis de literatura, Vega-Cauich (2019) encontró que el ciberbullying es un tipo de expresión del acoso tradicional, y no un fenómeno independiente, lo que puede explicar la sustitución de la violencia física por violencia digital ante las restricciones de movilidad por la contingencia sanitaria y el mayor uso de medios digitales para el desarrollo de las clases a distancia”.
Los compañeros hombres, se señala en el texto, “fueron los principales agresores de todos los tipos de violencia. Al respecto, se resalta cómo las mujeres que no piensan que los hombres tienen mayor capacidad para trabajar y/o estudiar tienen una prevalencia de violencia mayor 20.3 por ciento que las mujeres que piensan que los hombres están más capacitados para trabajar y/o estudiar con 14.0 por ciento, denotando cómo aquellas que reconocen que los estereotipos son un reflejo de las relaciones desiguales viven más violencia que las que no”.
Es importante mencionar que los roles y estereotipos de género continúan normalizando la violencia como intrínseca a la identidad masculina y otorgándole un sitio inferior a las mujeres, aspectos que contribuyen a configurar un entorno escolar y social que propicia y justifica la violencia hacia ellas, se precisa.
Ahora, “la violencia en el ámbito escolar no es un evento esporádico sino un problema sistemático que afecta las dinámicas sociales sobre las que debe producirse la actividad de las personas en el ámbito educativo, que constituye un obstáculo para el logro de los aprendizajes y el sano desarrollo de personas estudiantes y docentes y, por tanto, para el mejoramiento de la calidad de la educación”.
Por lo anterior, es necesario implementar acciones y programas educativos enfocados a prevenir y atender la violencia contra las mujeres que consideren la incorporación de contenidos sobre igualdad de género, discriminación y violencia.
