Orizaba, Ver.- El alcoholismo y la drogadicción son parte de los flagelos que afectan a los jóvenes en las zonas serranas del centro del estado; en algunos de los municipios, hay casos de menores de 12 años que no solo consumen alcohol sino además drogas como el cristal.
De acuerdo con Nayeli Cruz Nava, psicóloga del ayuntamiento de La Perla, se han detectado de 20 a 30 casos de jóvenes que son adictos a las drogas y alcohol desde muy temprana edad. De estos casos, “hay casos muy representativos en este municipio que se ubica en la sierra del Pico de Orizaba”.
En sus datos señala que se han detectado casos de niños de esa edad que ya ingieren drogas como el cristal, “que es el de más fácil acceso conjuntamente con el alcohol, que a su vez es el primer contacto que tienen los menores y jóvenes debido a que los padres de familia mandan a sus hijos a comprar cigarros y alcohol siendo muy pequeños”.
Explica: “lo que es el cristal es una droga muy económica y fácil de adquirir, tampoco se ha detectado en La Perla el consumo de medicinas que son utilizadas como drogas, pero sí debe haber algún tipo de ingesta en este caso de alcohol y es bastante utilizada por los jóvenes, lo que da pie a otro tipo de sustancias como el cristal”.
Señala que “de detectar a algún menor bajo estas circunstancias, se atiende y se le brinda apoyo psicológico, luego, de acuerdo con el diagnóstico, se toman decisiones, pero sí es un hecho que todo parte del entorno en el que viven y que puede ser desde el trato que reciben en el hogar con los amigos y en la calle”.
Por ello, precisa, “de ahí que es necesario seguir fomentando los valores y promover el cuidado de la salud en la sociedad”, con ello hizo el llamado a los mismos padres de familia a que intervengan y eviten mayores problemas que incluso pueden terminar en situaciones legales.
Por otro lado, y de acuerdo con datos de la Oficina de las Naciones Unidas (ONU) en México contra la Droga y el Delito, el problema de las adicciones en jóvenes se convirtió en un grave problema, “son una gran preocupación social sobre todo si se considera que las pérdidas de seres queridos y la incertidumbre causaron mayor miedo y preocupación, lo que aumenta los niveles de ansiedad, depresión y el consumo de drogas”.
