No es casual que sea un gobierno demócrata quien se queje de la política energética del gobierno mexicano y se abra el periodo de conversaciones que, de no llegar a un acuerdo satisfactorio, convocaría a un panel de controversias y a la eventual aplicación de represalias arancelarias. Las buenas conciencias y los negociadores del TLCAN del gobierno anterior auguran escenarios catastróficos porque los inversionistas reclaman pérdidas millonarias en sus inversiones en México. Se escandalizan de la forma en que el Presidente mexicano trató el tema en la mañanera de ayer miércoles, ilustrando su despreocupación con la canción Uy qué miedo, de Chico Che.
La postura oficial del gobierno es completamente formal, como lo dio a conocer en un comunicado la Secretaría de Economía. La petición del panel de controversias por parte del gobierno mexicano se da luego de un periodo de consultas al que llamó la nación latinoamericana a su socio de negocios en agosto del año pasado para resolver las discrepancias, pero que no fue suficiente para dirimir las diferencias. Lo normal.
Justo es lo que se discute ahora en el planeta teniendo como escenario la guerra en Ucrania. Cuál será el modelo de capitalismo que prevalecerá. El neoliberal que desde los años 70 entró a sangre y fuego en Chile, o el modelo de capitalismo donde el Estado/gobierno es un actor importante en el diseño e instrumentación de las políticas económicas de generación y distribución de la riqueza.
Y no es casual que sea un gobierno demócrata el quejoso de las políticas nacionalistas porque son ellos, los demócratas, los principales impulsores del modelo neoliberal. Lo hacen igual los republicanos, pero la variable Trump es sustantiva toda vez que en el fondo de su propuesta económica está reactivar su mercado interno por la vía de la recuperación del empleo y salarios dignos. De ahí el éxito de Trump entre las clases trabajadoras blancas. Los “red neck blue collar”.
El Presidente ha dicho que de ser necesario enviaría una carta a Biden explicando las razones. Empresarios automotrices mexicanos expresaron su confianza de que México ganará las controversias.
Lo sustantivo no es tanto el diferendo con Estados Unidos, sino el enfoque fatalista en el que insisten los medios y voceros conservadores en los dogmas neoliberales.
