domingo, mayo 19, 2024
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Guerra sucia contra Pemex

México SA

Carlos Fernández-Vega

Como no tiene la más remota posibilidad de ganar las próximas elecciones, la oposición y sus corifeos se dedican a cuestionar, manipular y mentir descaradamente, aunque ello no es novedad, porque esa ha sido su estrategia desde que la ciudadanía decidió darle un portazo en la cara. Para no ir más lejos, entre lo más reciente se contabiliza el robo de las Afore, la inexistencia del muy panista cártel inmobiliario, el Xóchitl ya superó a Claudia en las encuestas, el cierre de la Basílica de Guadalupe ordenado por Sheinbaum e infinidad más (eso sí, de las corruptelas en sus filas, como María Amparo Casar, ni una palabra).

En ese tenor, por estos días esa oposición que enarbola la bandera de la desinformación echó a caminar otra campaña en contra de Petróleos Mexicanos (la enésima), es decir, la denuncia por la enorme deuda de la ahora empresa productiva del Estado, la cual nunca se endeudó más que en este sexenio, según reza uno de sus versos, pero si algo caracteriza a ese grupo político-empresarial es la cara dura, la falta de ética y la memoria a conveniencia, porque si en realidad tuviera interés en el tema la primera acusación formal que debe hacer es en contra de sus propios ex presidentes (Fox, Calderón y Peña Nieto), y los demás de los gobiernos neoliberales, quienes resultan ser los culpables de llevar el saldo de ese débito a niveles históricos.

Pero como la actual administración sacó las garras de la oposición del jugoso negocio que mantenía en Pemex, entonces su virulencia ha subido de tono hasta niveles de histeria, en especial porque en días pasados el director general de la otrora paraestatal aportó un información que provocó no pocos ataques hepáticos entre los integrantes de aquella. Detalló Octavio Romero: a lo largo del actual gobierno, el saldo de la deuda de Petróleos Mexicanos se ha reducido (por primera vez desde el sexenio de Miguel de la Madrid) en 30 mil millones de dólares, de 131 mil millones que recibió en diciembre de 2018 a 101 mil millones el pasado 24 de abril pasado.

Convulsionada y al borde cortarse las venas, esa oposición rascuache elevó el tono de voz porque no tiene quién la consuele (ni cuando baila Xóchitl o cuenta chistoretes), pues una vez más su campaña de desinformación se desinfló. Pero le fue peor cuando el propio Octavio Romero explicó que a lo largo de la presente administración gubernamental (hasta el pasado 24 de abril) Petróleos Mexicanos ha entregado a la hacienda pública 4 billones de pesos; no hay ningún barril sin fondo.

Pues bien, esos gritones deberían recordar cómo destrozaron a Pemex: sólo en los sexenios de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) la deuda de Pemex se incremento 92 por ciento, lo que se traduce en un aumentó de 63 mil millones de dólares, al tiempo que desguazaron a la empresa productiva del Estado, privatizaron todo lo que pudieron y la condenaron a morir por asfixia financiera y, por tanto, productiva.

Si se abre el abanico, es decir, los seis gobiernos neoliberales, entonces los pasivos de la empresa productiva del Estado se multiplicaron por mil 430 tantos entre diciembre de 1982 (Miguel de la Madrid) y noviembre de 2018 (Peña Nieto), de acuerdo con la estadística de Pemex.

Al iniciar el gobierno de Miguel de la Madrid, Pemex reportaba pasivos totales por 2 mil 472.1 millones de pesos (de los nuevos, aunque esta figura monetaria inicio en enero de 1993, pero se aplica para dimensionar el fardo que dejaron en la ex paraestatal), y el último día de noviembre de 2018, con Enrique Peña Nieto de salida, sumaron 3 billones 534 mil 602.7 millones de pesos, es decir, un bestial incremento de 143 mil por ciento en el periodo.

En el desglose, los pasivos de Pemex crecieron constantemente en los seis gobiernos neoliberales: con De la Madrid, 14 mil por ciento; Salinas de Gortari, 200; Zedillo, 700; Fox, 300; Calderón, 200 (ambos panistas con los precios más altos para el crudo mexicano de exportación), y 154 por ciento Peña Nieto (quien decretó la muerte de la gallina de los huevos de oro). Sin embargo, los cínicos opositores gritan a coro: es el actual gobierno.

Las rebanadas del pastel

La vía diplomática ha resultado inútil para contener al genocida Benjamin Netanyahu. Por ello, el gobierno mexicano se queda corto al limitarse a condenar la ofensiva militar de Israel contra Rafah y la brutal violación de los derechos humanos de ese régimen nazi. Es necesario romper relaciones con ese carnicero… Va un enorme abrazo para mi Chícharo amado, por otra velita en su pastel.

X: @cafevega

cfvmexico_sa@hotmail.com