Veracruz, Ver.- Según lo expresado por la directora del Asilo de Ancianos Cogra de Veracruz, María Teresa Mendoza de Infanzón, alrededor del 50 por ciento de los adultos mayores que se encuentran en estos espacios, han sido abandonados por sus familiares, quienes en algunos casos aportan dinero para su manutención, pero ya no regresan a visitarlos.
En entrevista, aseveró que no basta con proveerles de agua y comida, ya que los adultos mayores necesitan de la compañía o la visita de sus seres queridos, y esto es lo que menos hacen.
“Lo importante realmente aquí para un adulto mayor, es que lo tomen en cuenta, que los quieran, porque mira, podrás darle un plato de comida, pero si tú no vas y le dices mi amor como te sientes?, anda vamos a comer corazón, no come, hay que darle de comer en la boca y sobre todo para ellos es aliciente que su familiar los vaya a visitar”.
Dijo que a la fecha, el asilo Cogra cuenta con 68 adultos mayores asilados, y de los cuales como lo informó la directora, el 50 por ciento no son visitados por sus familiares.
Apuntó que afortunadamente la temporada invernal no ha sido tan severa en el asilo con relación a enfermedades respiratorias, pues casi siempre antes de dicha temporada, el sector salud acude a vacunar a los adultos mayores en contra de las enfermedades propias de dicha época.
Por otra parte, Mendoza de Infanzón dijo que el asilo Cogra tiene necesidades para la atención de los adultos mayores como, por ejemplo, pañales, alimentos, medicamentos, entre otros, los cuales se pueden entregar en las instalaciones que se ubican en la esquina de la calle Cultura y Murillo, en la colonia Hidalgo de la ciudad de Veracruz.
Ante la situación, consideró que los próximos diputados federales deben legislar o en su caso garantizar que se cumplan las leyes a favor de las personas vulnerables, en particular los adultos mayores, para que ya no sean víctimas del abandono de sus familiares, aseveró María Teresa Mendoza de Infanzón, directora del Asilo y Comedor Gratuito (COGRA).
Por su experiencia en ese espacio en el que muchos hijos se deshacen de sus padres como si fueran muebles viejos que les estorban, explicó que los abuelos sobreviven en el olvido.
Sus hijos y nietos no saben si están sanos o enfermos, si están deprimidos o no, si comen, si duermen bien y sobre todo, cómo está su estado de ánimo.
