Kenia Marisol Reyes Molina denunció haber sido víctima de una presunta negligencia médica que le costó la vida de su bebé en el parto.
Aseguró que cuenta con varios análisis que dan fe de que el niño se encontraba en perfecto estado de salud, uno de ellos realizado en la semana número 15 de gestación, en donde un estudio transnucal arrojó que el bebé no tenía ninguna alteración en la semana 22 tras dar positivo a covid, de realizar un ultrasonido estructural, en donde también el resultado es positivom e indica que el bebé se encontraba sin ninguna alteración.
El 21 de octubre, pasado Kenia presentó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz, debido a la presunta negligencia de la doctora Erika “N” que la atendió en un hospital privado del puerto de Veracruz, sin embargo, Kenia Marisol considera que todo el proceso se está llevando a cabo de forma muy lenta.
Visiblemente afectada, narró que cuando comenzó con el trabajo de parto acudió al hospital en donde ya había pagado un paquete y la atención de la doctora, quien le suministró medicamento para inducir el parto; además, Kenia Marisol afirmó que fue víctima de violencia obstétrica por parte de otro personal del hospital.
“Me intentaron poner la epidural tres veces sin éxito, fue hasta la cuarta vez que lograron entrar, yo solicité anestesia o un calmante, porque ya no aguantaba el dolor, tenía demasiadas contracciones y empecé a pujar, pero rápido me sentí muy débil ya que toda la noche había soportado los dolores de las contracciones. Le pedí a la doctora que me hicieran la cesárea, porque ya no podía pujar más, ella insistió en que las condiciones están dadas para que tuvieron parto natural, porque la dilatación era adecuada y ya se veía la cabecita de mi bebé”, dijo.
Sin embargo, al no lograr expulsar al pequeño, la doctora le dijo que necesitaba un push, proceso que debería hacer otro médico, de nombre Enrique “N”, y a pesar de que en teoría debe haber llegado rápido por tratarse de una situación compleja, tardó más de media hora en llegar. “No hubo éxito y el anestesiólogo les dijo ‘¿ya la bloqueo para abrir?’, la doctora le dijo que no, que porque ya venía el bebé”, relató.
El bebé llegó a las 6:32 horas, mas nació sin vida. “Grité por la vida de mi bebé”, dijo casi en un sollozo.
Kenia Marisol observó cómo los médicos intentaron reanimar a su bebé, primero el pediatra auxiliado por el anestesiólogo y también el doctor Enrique, pero no tenían éxito. Mientras tanto, su doctora sacó rápidamente la placenta y cosió el corte que había hecho para ayudar a la salida del niño.
Después la llevaron a la sala de recuperación en donde estuvo casi una hora incomunicada. Señaló a la enfermera que la acompañaba de violencia obstétrica. “No sé su nombre, pero en varias ocasiones le pregunté por la salud de mi bebé y de forma grosera me dijo que no sabía nada”.
Lo que debió ser un día de felicidad se convirtió en una pesadilla para ella y su esposo que recibieron muerto a su recién nacido y ahora acusan de negligencia a la doctora que la atendió, puesto que, a pesar de que las condiciones de un parto natural se habían complicado, no se realizó una cesárea a tiempo, lo cual ella considera que pudo salvar la vida del bebé.
