Orizaba, Ver.- El trabajo sexual en México está en riesgo de criminalizarse, una iniciativa de la bancada del Partido del Trabajo (PT) en la Cámara de Diputados clasificaría a quienes lo ejercen como criminales y junto con sus clientes, serían detenidos; organizaciones adheridas a la Red Mexicana de Trabajo Sexual inician una cruzada para frenar este intento; en tanto, por la crisis económica y la pandemia, el trabajo sexual creció, sobre todo en jovencitas, que lo ven como una alternativa para seguir estudiando.
El crecimiento del trabajo sexual, considera Jairo Guarneros Sosa, integrante de esa agrupación, “se desprende de las condiciones económicas del país, de la crisis que estamos padeciendo, además “hay un tanto de responsabilidad de la política migratoria de nuestro país, es una situación cada vez más difícil en la frontera sur o sea con centroamericanos”.
Las mujeres de familias pobres “son las se dedican a esta actividad, aunque no se descarta a las estudiantes y amas de casa que siempre han estado de manera coyuntural y no permanente como por ejemplo el trabajo sexual en la vía pública”.
Pero en general, el trabajo sexual atraviesa un escenario de convulsión, pues viejas prácticas como la violencia, discriminación y extorsión están de regreso en circunstancias preocupantes, “la violencia que están enfrentado viene de las buenas intenciones de organizaciones que supuestamente se dedican a rescatar a mujeres víctimas de trata, funcionarios y ahora hasta de legisladores, según ellos de izquierda. La extorsión la viven en dos frentes: de la policía en muchos lados y del crimen organizado en todos”.
Estas agrupaciones “son a modo para las autoridades y de organizaciones que han hecho del rescate su modus vivendi; por parte de la policía, por ejemplo, en la Ciudad de México se está volviendo a presentar lo que se pensaba erradicado, que la policía presione a las trabajadoras para exigirles dinero a cambio de dejarlas trabajar y por parte del crimen organizado, imponiendo cobro de piso, eso fue lo que denunciaron diversos grupos de varios estados”.
La extorsión de la policía “parecía que se había logrado erradicar ya hace tiempo, pero ahora se está volviendo a presentar sobre todo en la ciudad de México”. En este escenario, las y los trabajadores sexuales, deben enfrentar el problema de la trata, “que sigue siendo elevada”.
Ahora bien, plantea, las condiciones económicas de la mayoría de las familias del país, hace que muchas estudiantes recurran al trabajo sexual para, por ejemplo, seguir estudiando, “la mayoría de trabajadoras sexuales iniciaron también jóvenes hay entre ellas que lo han decidido por ellas mismas y hay a quien les obligan y a estas últimas no son trabajadoras sexuales, sino víctimas de trata”.
Una opción para muchas
“Hay quienes ven en el trabajo sexual una opción para mantener sus estudios ante la imposibilidad que tienen sus familias, pero debemos aclarar que se trata de trabajo sexual y no de trata. En el pasado encuentro de la Red Mexicana de Encuentro Sexual estuvo presente una trabajadora sexual que anunció haber pasado su examen en la universidad”.
Ellas son trabajadoras sexuales “y no se deben confundir con aquellas que son víctimas de trata, que son las que obligan a ejercer esa actividad en contra de su voluntad, ellas son engañadas incluso por las redes sociales, ofreciéndoles trabajos con grandes remuneraciones”.
La forma en la que ellas son engañadas “son publicar ofertas de trabajo en otros estados con excelentes salarios, sin mencionar que es para prostituirse, o contactarlas directamente una vez revisaron sus perfiles y haciéndose pasar por agencias de empleos o representantes de empresas, aunque también sigue habiendo el enganchamiento a través de enamorarlas, y cuando eso no funciona, de plano robárselas”.
Si la bancada del Partido del Trabajo presenta una iniciativa con la que se pretende impulsar una reforma que criminalice al cliente como estrategia, según, para resolver el trabajo sexual, “habrá mayores riesgos para ellas, tanto físicos como de salud; es probable que con esa ley se cometan mayores abusos hacia ellas”. Agregó que esta es una propuesta ignorante que confunde el trabajo sexual con la trata. De aprobarse hará más pesada la situación para las trabajadoras sexuales, obligando a ejercer su actividad en el clandestinaje”.
“De promulgarse se clausurarían, por ejemplo, los mesones, hoteles, si ellas estuvieran pensando en tener su propio espacio para ofrecer sus servicios serían también criminalizadas o las haría un blanco mayor para las extorsiones policiacas. En tanto que sus clientes serían detenidos, todo ello haría retroceder los derechos ganados hasta ahora, como por ejemplo que en la Ciudad de México y en Mérida, Yucatán, en donde el trabajo sexual es reconocido ya como una actividad laboral. Uno de los objetivos de la Red Mexicana de Trabajo Sexual es impulsar este mismo reconocimiento para todo el país. Se ha estado platicando ya con algunas aliadas, como por ejemplo Marta Lamas, y con organizaciones defensoras de derechos humanos y de las trabajadoras sexuales, para echar abajo este tipo de iniciativas”.
