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FALANGES: Tercera Modernidad, autopercepción e inclusión forzada

Luis Adalberto Maury Cruz
lmaury_cruz@hotmail.com

El no ser incluye con frecuencia es asumido como políticamente incorrecto; sin embargo, ¿hay que ser siempre incluyente?, ¿se debe incluir a todos? Estas preguntas están en el centro de la cultura globalista neoliberal y remiten a su Agenda 2030 y son respondidas a la luz de la multipolaridad de esta Tercera Modernidad, es decir sin sometimiento al establishsment estadounidense.

El autoritarismo como práctica política es la ruptura del respeto y de la tolerancia su forma más atroz es el exterminio del diferente, pero peor es el asesinato de la crítica que genera zombis. El autoritarismo remite al no reconocimiento de la realidad y de la dignidad humana. No hay nada peor que los muertos vivientes, que son los enajenados funcionales para un sistema ideológico ya sea: político, económico, religioso, científico o filosófico.

Progresista vs progre

La imposición de la Agenda 2030 se da desde la ONU y desde el Foro Económico Mundial, es un instrumento neoliberal y globalista estadounidense, se materializa en los movimientos progres (o woke como se dice en EEUU), tales movimientos tienes motivaciones y reclamos justo. Para este análisis nos referimos al uso e interés que están a las sombras de su operación política y social. (Esta Agenda globalista condensa agendas especificas como la verde, la de derechos, humanos, la de género, entre otras). Que corresponde al proyecto de un gobierno global que ya está en caída libre con la perdida de la unipolaridad yankee en esta Tercera Modernidad multipolar, arrastrando a todo el Occidente Colectivo y a gran parte del orbe a la crisis.

¿Qué hay de progresista en seguir la agenda impuesta por el globalismo de Washington?, en estricto sentido, seguir esta tendencia es acatar al pie de la letra los intereses de Partido Demócrata estadounidense, de las trasnacionales globales y en particular los de Wall Street, de forma precisa al gigabanco BlackRock y a las ONG Open Society Foundation, Human Rights Fundation, Freedom House. Es decir, ceñirse a este canon es ser progresista de oropel y revolucionario de plástico, por eso el sentido negativo y real de progre o woke.
Esta tendencia ha sido base para las revoluciones de colores y golpes de Estado blandos, no es el camino para la liberación de la conciencia, ni para la autodeterminación, su fin es crear hombres masa, como diría Ortega y Gasset, pero hoy con indefiniciones sobre lo humano, el sexo y el género, por intereses de mercados y políticos, es cooptación social, es ideología neoliberal de clóset.

Esta Agenda es efectiva porque retoma la condición gregaria del ser humano y reconoce deudas o necesidades sociales, canalizando e inventando el resentimiento social hasta en quien no lo tiene; se articula desde la operación política territorial, mediante colectivos y por los sicofantes neoliberales de los medios masivos de comunicación a fines al régimen globalista. Es decir, la Agenda Progre no responde a los intereses sociales sino a los de las élites globales gobernantes. Por ello, no es extraño que en plataformas como Netflix y la de Disney esté la agenda presente en su programación, amen de la propaganda de los mass media tradiciones del Occidente Colectivo como: Fox, CNN, ABC, DW, BBC, Univisión, Televisa, TV Azteca, entre otras.

Resulta contradictorio que muchos de los gobierno, colectivos (que no son comunidad en un sentido estricto) o personas llamados progresistas sigan la Agenda 2030, extrañamente se denominan o se autoperciben como de izquierda (término de suyo anacrónico propio del siglo XX) cuando son en realidad globalistas de clóset; es frecuente que muchas de estas personas no sepan que siguen las ordenes de la potencia del norte; como señalaría Hegel o Max son enajenados, en otros casos son como diría Sartre son sujetos que incurren en actos de mala fe. Por lo tanto, estos gobierno, colectivos, personas más que de izquierda son globalistas neoliberales, amanera de ironía son: derechosos autopercibidos como zurdos; validando el status quo y la narrativa del Occidente Colectivo, sin darse cuenta; en efecto la ignorancia es presurosa.

Las potencias globales de Oriente, como China y Rusia, llamadas coloquial y burdamente comunistas o socialistas están en contra y rechazan esta Agenda 2030, también Estados pequeños como El Salvado; naciones africanas y de Asia se han revelado a estos mandatos; por ser una política extraterritorial e intervencionista; violatoria de la autodeterminación de los pueblos y del individuo, transgresora de la soberanía nacional. También la Agenda es rechazada, en gran medida, por el ala republicana de EEUU, dada su vínculo con los White Anglo-Saxon Protestant y con el Ku Klux Klan.

La inclusión forzada y autopercepción

Un elemento estructural de la Agenda Progre es el binomio inclusión y autopercepción, que con frecuencia se confunde y remite en la práctica a: la perniciosa inclusión forzada que es una imposición que transgrede el derecho del otro y de su autodeterminación; así como a la autopercepción distorsionada que es la falta de concordada entre el cuerpo, las emociones y el pensamiento, en términos de una sana aceptación e identidad existencial.

El límite del respeto, de la tolerancia y de la cooperación, como diría Luis Villoro, es el coto vedado, pues no se puede respetar al irrespetuoso, tolerar al intolerante, ni colaborar con la complicidad, y como señala Benito Juárez el respeto al derecho ajeno es la paz. Por lo tanto, el límite de la inclusión y la autopercepción es la no agresión injustificada a la dignidad humana. Es decir, la inclusión forzosa y la autopercepción distorsionada son dolosamente violentas, por ser imposición, siendo estas irrespetuosas, intolerantes y buscadoras de complicidades; llanamente, esto es autoritarismo neoliberal.

Actuar y opinar motivado por razones de hecho no es autoritarismo, sin embargo, es necesario respetar la diferencia, por ello no toda opinión se debe respetar, tolerar o secundada, si contraviene la realidad o transgrede la dignidad humana.

Así, ante la pregunta por la inclusión, es notorio que no siempre se debe ser incluyente, ni se debe incluir a todos en todo. Aunque la moda progre diga lo contrario, ¿usted incluiría a un pederasta de 50 años que se autopercibe niña de 12 años en el jardín de niños donde están su hijo?, ¿le permitiría que fuera la novelista de su hijo de 10 años, lo dejaría dormir junto a él? Esto es patológico y en muchos casos es criminal.

Si se asume por realidad el dato objetivo (de conformidad con la experiencia, con los métodos disciplinares y con la sana crítica), que no remite a apreciaciones ideológicas del individuo o de una colectividad; y si por dignidad se comprende el atributo humano de libertad y de pensar para el desarrollo de la persona; entonces, la inclusión forzosa y la autopercepción distorsionada en última instancia no reconocen la realidad y contraviene la dignidad humana.

En efecto, hay discriminación, maltrato y hasta homicidios motivados por el racismo, clasismo, por condición de género, de orientación sexual, raza, religión, que en estricto sentido son delitos de odio, tales atrocidades están presentes en toda la historia de la humanidad, son condenables e inadmisibles.

No se trata de caer en el canto de las sirenas progres de suponer que todo hombre es un potencial violador, que toda mujer, negro o indígena es discriminado y víctima, pues esto es una falacia de generalización apresurada; aunado a esto el ser víctima o victimario está en función de un delito perpetrado y padecido concretamente. El sexo, la raza y la situación socioeconómica no son condición suficiente para señalar a alguien como delincuente o víctima. Pensar y sobre todo actuar de forma inversa a esto es discriminatorio, prejuicioso, sexista, racista y/o clasista; igualmente decir que alguien es privilegiado con frecuencia es resentimiento social, envidia personal, en suma amargura existencial, pero muestra el problema de la desigualdad económica que está a la base.

El sujeto tiene el derecho al libre desarrollo de su personalidad, esto coincide con el derecho a la autorrealización personal que está presente en la Agenda 2030 y en la progre; sin embargo, la autopercepción, en si misma no es un criterio de verdad; en efecto, la persona se puede percibir como lo que es o como no es, el problema no es su autopercepción per se, sino que pretenda imponerla sobre otros; peor es cuando el Estado validad esto, por ejemplo en España basta con hacer un tramite legal para cambiarse de sexo, legalmente, manifestando esa voluntad; empero, ¿si usted es mujer le gustaría que en el baño público de mujeres que usa se metiera un hombre con la morfología y atuendos de varón, alegando que se percibe mujer?, ¿usted no se sentiría violentada por esta persona? y ¿también por el Estado al no poder alegar que sufre violencia de género? En efecto, estas legislaciones emanada del Ministerio de Igualdad de España son contrarias a la mujer y es política progre. Así, el libre desarrollo personal o la autorrealización debe respetar la dignidad de los otros y reconocer la realidad.

El punto es actuar sensatamente y no ser copartícipe en un hecho de discriminación y/o violencia, hay que pugnar por la igualdad sustantiva como derecho justiciable, exigiendo el respeto al estado derecho, haciendo acciones concretas y funcionales, esto supone reconocer verdades y circunscribir a las autopercepciones sólo a la validez subjetiva, sin asumirlas como criterio de verdad.

Esta lucha por la igualdad sustantiva no es sinónimo de vandalismo, ni de poner calcomanías arcoíris, rosas o moradas en patrullas, ni de unidades de género que todos sabemos que no funcionan, o de mujeres corruptas en puestos públicos esto es simulación, putrefacción política. El vándalo y el corrupto son delincuentes. Si el Estado no actúa en consecuencia hay otro crimen y un concurso de delitos, pues solapa, revictimiza, crea impunidad. Lo único que se requiere para luchar por la igualdad sustantiva es que se aplique la ley sin discriminación.

El privilegiar a un grupo alegando que son históricamente discriminados recurriendo a acciones afirmativas es violatorio de la igualdad sustantiva y por ello es discriminación, dura lex sed lex. De hecho las acciones afirmativas son gatopardismos e ineficiencia política, que se emplea para mantener cuotas de poder al interior del Estado y de sus instituciones de nombres pretenciosos y paupérrimos frutos. El caso del transporte público para uso exclusivo de mujeres parecería una medida de protección efectiva; sin embargo, basta con que un hombre se vista de mujer para que use ese medio, y una mujer no está a salvo de otra mujer acosadora en ese mismo vagón del metro o autobús sexista.

Todo derecho tiene un precio. Los privilegios que da el Estado y la política progre son en detrimento de otros, lo único que genera es encono social e impunidad. Por ejemplo, en las instituciones públicas con frecuencia se cuelgan bandera y propaganda de colectivos a fines a la Agenda 2030 como son los relativos al lobby LGBTQ+ o feminista, empero, no hay propaganda provida, ¿acaso esto no es discriminatorio, segregacionista y antidemocrático?

Lo sensato es reconocer que los espacios público no son astas para ningún bandera de grupo minoritario o mayoritario. Lo público es neutral, como señalaría Napoleon la república es daltónica.

Pensar que por el hecho de ser miembro de un grupo (colectivo) se tiene un privilegio es contrario al sentido común y a la eficiencia; así, no se trata de ser hombre o mujer, de ser indígena o no, si no de ser funcional, eficiente y honrado para el cargo a desempeñar en lo público; en la iniciativa privada la norma es que la persona sea rentable e importa poco otra consideración. Lo woke está en función de lo público más que de la empresa privada.

Lo absurdo de la inclusión forzada es que no valora la trayectoria y las capacidades, sino que sobrevalora aspectos como el sexo, el género y la raza, suena un tanto cuanto a NAZI, pues lo importante para el Tercer Reich era la raza para pertenecer al grupo privilegiado o al excluido. Para el nacional socialismo la homosexualidad era un delito, hoy no aceptar la Agenda Progre es políticamente incorrecto, ¿estamos frente a algo muy parecido al nazismo?

Lo absurdo de las autopercepciones distorsionadas es querer que el otro vea lo que evidentemente no es, y exigir que ser tratado como lo que tampoco es, esto es violento para quién padece a esta persona, también va en contra de la realidad. ¿Acaso no estamos frente a algo parecido a una esquizofrenia inducida?

En efecto, en la realidad no hay igualdad. La igualdad sustantiva es un imperativo jurídico y político no para negar las diferencias sino para buscar la equidad y la proporcionalidad en casos concretos, sin incurrir en discriminación. Las políticas afirmativas donde se privilegia a unas personas por su condición de sexo, género, etnia… es un camino a la ineptitud y al fanatismo, es inclusión forzada. ¿Usted se dejaría opera por una persona por su condición de sexo, etnia o género o buscaría a alguien que le soluciones su problema? En las actuales circunstancia se requiere talento para la función pública, no de mitos woke.

Tras lo señalado se puede concluir que:

La Agenda Progre no es revolucionaria, es un medio para mantener el establishment globalista. No siempre se debe ser incluyente, ni se debe incluir a todos en todo. Lo rescatable de esta Agenda es la diversidad (en el sentido neoliberal, es decir colectivos pero no reconoce las diversidades tradicionales), lo negativo es su autoritarismo que rara vez se comprende y percibe.

La Agenda Woke se torna en una religión autoritaria de clóset, pues sus dichos son incuestionables, no buscan la deconstrucción de hombres y mujeres, menos aún sus libertades, quiere esclavos; tu sumisión al sistema ideológico neoliberal, tan fanático como un islámico, cristiano o judío extremista.

El autoritarismo progre está dado en la práctica política cotidiana fundado en la inclusión forzada y la autopercepción distorsionada, vociferada por los sicofantes neoliberales y por los medios de comunicación hegemónicos de Occidente.

El destruir el respeto y la tolerancia de la opinión de quién piensa distinto, el no reconocer la realidad son la forma más atroz del exterminio de la diferencia y es la muerte de la crítica, es contravenir la dignidad humana y darle rienda suelta al autoritarismo.

En fin, ¿usted qué piensa?…

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