miércoles, mayo 1, 2024
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Del ex efímero “fenómeno político” Lilly Téllez a “la indígena empresaria exitosa” Xóchilt Gálvez


Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
 
El poder mediático (los medios de comunicación tanto escritos, electrónicos como visuales) para formar opinión no tiene límite, y esto no es nuevo, el régimen fascista hitleriano fue su padre, el ministro de propaganda de Adolf Hitler, Paul Joseph Goebbels sabía que los medios de comunicación, o sea, las formas en que se comunica un pensamiento son vitales para conservar el poder, y un instrumento infalible para formar la opinión deseada de Hitler, así acuñó 11 principios de la propaganda Nazi, de los que traigo a colación, el “principio de la transposición, cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque, “si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”, así como, el “principio de la exageración y desfiguración, convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave, y, el “principio de la vulgarización, “toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida, cuanto más grande sea la masa para convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental que realizar, la capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”, (1), pero, particularmente quiero destacar el “principio de orquestación, la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, sin fisuras ni dudas”, de tal suerte que, “si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad” (1), método propagandístico y de comunicación que paradójicamente las “sociedades democráticas” lo han hecho suya, así vemos que esos métodos de comunicación para formar opinión, la era de la internet con sus redes sociales les ha quedado como “anillo al dedo”, y ha servido para el fin perverso y antidemocrático de hacer política, y hacerse y preservar el poder.

Seguro inspiró esos principios goebbelianos, la frase atribuida a Maquiavelo como también a Ignacio de Loyola, Thomas Hobbes,​ Napoleón o Hermann Busenbaum (2),  “el fin justifica los medios”, y el fin supremo de la política en ese sentido es “el poder”, así  que en el acto democrático no existe ni contempla ninguna ética ni moral, así vemos como en todas las sociedades del mundo la búsqueda del poder por el poder es el fin de la política, así reseña Enrique Suárez-Iñiguez (2001) (3) “hemos confundido medios con fines; políticas concretas con la política. A fuerza de equívocos teóricos y de una corrupción de costumbres que se manifiesta, entre otras muchas cosas, en confundir el discurso con la realidad, hemos olvidado de qué se trata la política”, que es “hacer buenos gobiernos”, pero en el entendido que “bueno” no tiene nada que ver con la geometría de las pasiones, sino con la razón y el sentido de pertenencia para poder simple y llanamente “estar bien con uno mismo y con el entorno natural”, sólo así se junta la phisis con el nomo, y podemos hablar que la política implica sustentabilidad y sostenibilidad.

Pero la vulgarización de la política nos demuestra, cómo en lugar de lo anterior, seguimos fascistamente usando el poder mediático para aupar y hacerse con el poder a hombres y mujeres sin escrúpulos, así vemos como patéticamente y lamentablemente, en fechas recientes, cómo la oposición política en México inició una campaña mediática para aupar y hacer de Lilly Téllez una opción política “real” para arrebatarle el poder a la clase gobernante en turno, aprovechando sus desvaríos y su inestabilidad emocional de Lilly Téllez, que pensó que sus actos histriónicos y sus emotivas palabras cargadas de psicopatologías, que no tenían nada que ver con la realidad, y con su única propuesta de campaña “meter a la cárcel a AMLO” sería suficiente para que los verdaderos patrones de la oposición la sostuvieran como la única opción, sin darse cuenta que fue utilizada para intentar desgastar al gobierno obradoristas, así vimos que sin escatimar recursos económicos pusieron a funcionar una maquina propagandística en todos los medios disponibles, “paneles de discusión y opinión”, espacios en todos los medios escritos, y principalmente, invirtieron en las redes sociales, o sea que pagaron jugosas sumas de dinero para hacer de sus simplezas trending topic, hasta que, maquiavélicamente, como una servilleta usada después de degustar unas exquisitas viandas, fue desechada, y de la noche a la mañana, la “poderosa alternativa” que Vicente Fox y Calderón ensalzaban como la más fuerte opción para competirle a las despectivamente llamadas “corcholatas” y ganarles, una barita mágica proveniente del poder real, la élite económica interna y externa, la borró del mapa político porque ya no servía para sus fines como un medio.

Y pasaron al verdadero Plan A, que siempre tuvieron en mente, ya que a los mexicanos tendrían que construirle una candidata de la misma “altura”, y como  siempre, menospreciando al pueblo, pensaron que “lo mejor sería una candidata de sus misma clase”, del fifí galán de telenovela Enrique Peña Nieto pasaron ahora a explotar la imagen de “la indígena venida de la cultura del esfuerzo a más” Xóchilt Gálvez (Mari Mar), falta que la traten de comparar con Benito Juárez, o a la mejor les estoy dando una idea que pueden explotar,  así surge el nuevo “fenómeno político” del poder económico y mediático: “originaría de pueblo indígena”, “luchadora”, “maltratada”, “entrona”, “solidaria”, “sufridora”, “venida a profesionista de la cultura del esfuerzo”, etc., ocultando que es una simplona, ocurrente, mitómana, corrupta, y perversa, pues su propia familia habla de la verdad de su historia (4), ni maltratada, ni pobre, ni vendedora de gelatina, ni resultado de la cultura del esfuerzo, y que su única virtud e inteligencia ha sido que logró meterse a la cúpula de esa élite económica y política, aunque estoy seguro por su comportamiento clasista y racista, esa élite la trata de dientes para afuera, así vemos como Xóchilt Gálvez de la noche a la mañana surge como la más viable opción de la élite económica para volver al “pinche el poder”, así vemos como patéticamente se desliza en un conclave de la élite conservadora (el festejo del cumpleaños de Diego Cervantes de Cevallos), a quien se le cuadra y entusiasmada le dice, “ahí está el jefe Diego”, toma un vídeo haciéndose la chistosa y ocurrente, sin que sea realmente atendida como igual (5). La maquinaria propagandística del poder mediático bajo la batuta de la élite económica, la ha aupado mediáticamente para que ocupe el lugar mediático de Lilly Téllez, y sin vergüenza ahora vemos como los que alababan a la Téllez, ahora lo hacen con Xóchilt Gálvez, Vicente Fox, Calderón, conductores de paneles de análisis político, y toda la comparsa del poder económico, político y mediático hace lo mismo.

Medir el grado de desfachatez y perversión de cómo se hace política no tienen paragón con lo que debería implicar la política en la democracia, que clase de gobernantes han salido con ese método mediático fascista, si tenemos memoria, los resultados son catastróficos, y retardatarios para nuestras perspectivas de una verdadera transición democrática, y un nuevo sistema político eficiente y éticamente correcto. Pero la última palabra la tiene el pueblo mexicano, o botarga o una alternativa que realmente obedezca a los intereses de las mayorías y no a una pequeña élite económica como se vislumbra con la “indígena sufridora y empresaria afortunada”.

Se decía que durante el periodo hegemónico si el PRI candidatea un burro (vaca) seguro saldría ganador, con el tiempo se dieron cuenta que a ese burro (y perdón por el burro) habría que cuidarle su personalidad al presentarlo ante el público, y hacer de su mejor perfil la imagen de su campaña, pero aun cuando se haga virtuoso al burro, burro se queda. Ojalá limpiemos la política y privilegiemos las ideas por encima de la falsa imagen.
 
(1)    https://www.altaveu.com/opinio/los-11-principios-de-la-propaganda-nazi-de-joseph-goebbels_1597_102.html

  • Los 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels:
    1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
    2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
    3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
    4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en grave amenaza.
    5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa para convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental que realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
    6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
    7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
    8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
    9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contra programando con la ayuda de medios de comunicación afines.
    10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. 11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

(2)    https://es.wikipedia.org/wiki/El_fin_justifica_los_medios
(3)    https://www.revistas.unam.mx/index.php/rep/article/download/37487/34052
(4)    https://www.youtube.com/watch?v=P9IeWQ4QTtE&t=389s
(5)    https://www.youtube.com/watch?v=vHdVhqb6kvM
 
Julio de 2023.