sábado, abril 27, 2024
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BERTHA Xóchitl la candidata mitómana del PRIAN

Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio

Mentir compulsivamente puede significar un problema psicopatológico, y, a parte, para algunos personajes políticos un instrumento perverso para lograr fines estrictamente personales del orden de sus deseos, como es el caso de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata que construyó el poder económico, el poder mediático y el PRIAN para competirle el poder público al movimiento obradorista, o sea, la presidencia de la república el próximo año 2024, o como diría el entrañable político veracruzano, Fidel Herrera Beltrán, para volver a estar en “la plenitud del pinche poder”.


La falsa narrativa que ha construido Bertha Xóchitl le había venido como “anillo al dedo” a la oposición conservadora, pues siguiendo a sus clásicos guiones tele-novelescos del Canal de las Estrellas, de los que utilizaban para crear candidatos ad hoc, como sucedió con Peña Nieto, así que la historia de la indígena emprendedora que logró dinero (“empresaria-exitosa”), “prestigio académico” (se vanagloria antes del escándalo del plagio que hizo en su reporte de experiencia profesional para obtener el grado de ingeniería de la UNAM, de ser una de las mejores ingenierías de México), y posición política en cargos de representación popular como Jefa Delegacional de Miguel Hidalgo de la Ciudad de México y actual senadora plurinominal por el PAN, además de practicar un lenguaje florido y vulgar, eran suficientes para conectar con el pueblo, pasando del galán de telenovela Peña Nieto a la sufrida Indígena venida del sufrimiento a ser una exitosa empresaria y política, muy al estilo de los culebrones novelescos, claro, pensando clasistamente que el pueblo mexicano es ignorante y vulgar, que con facilidad podría consumir el nuevo producto del conservadurismo.

Aunque algo les falló, pues esa historia la dieron como un hecho cierto, y no constataron la probidad y la veracidad de su narrativa, y mucho menos se dieron cuenta de su psicopatología proclive a mentir, así que sin prever X. González de “la larga cola” que tiene Bertha Xóchitl de corruptelas y simulación, y que la indígena triunfadora salió más ladina y corrupta de lo que se imaginaba, ahora no les queda a la oposición que mantener la mentira y la candidatura de Bertha Xóchitl, aunque ésta está condenado al fracaso electoral en el 2024, aunque su verdadero error de X. González fue subestimar al pueblo mexicano, un pueblo más informado, con consciencia social, que sabe distinguir a un buen gobernante de uno malo, y fundamentalmente, que sabe que tiene en sus manos el poder de elegir a un buen gobernante y no aceptar a uno que miente y busca el poder para el beneficio de unos cuantos.


Es significativo cómo desde que comenzara su periplo por el poder político y público, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz usará solo el nombre Xóchitl Gálvez, dejando el nombre que más convenía y que era ad hoc al personaje que iba a representar e interpretar, además que con esa decisión matara simbólicamente a la madre pese a hablar peste (golpeador) de su padre, desde el principio tenía claro que narrativa iba a usar en su ambición de poder, y quizás por su necesidad de apuntalar su narcisismo para atenuar sus complejos, así la vemos cuidar su atuendo tradicional indígena, aunque hoy sabemos es de prestigiosas y costosas marcas, inalcanzable para la población vulnerable autóctona de nuestro país México a la que pretende representar.

Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz ya sea por problemas psicopatológicos o por conveniencia estratégica política es una persona que ha normalizado en su vida la mentira, así que sostenerla como una opción auténtica para competir contra el obradorismo representa para el poder económico, mediático y prianista un grave problema, pues no pueden revertir la decisión y saben que con todo lo que salió a luz de sus corruptelas, simulaciones y plagios constituyen una pesada loza para lograr sus metas políticas, dado que seguro tenían descartado su triunfo por la presidencia de la república, han estado pensando que cuando menos les podría servir para tener una buena representación en el congreso de los diputados y senadores, que al final, esa es la meta de la oposición prianista.

La conducta mitómana de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz no es un comportamiento aislado de los personajes de la política en México, principalmente de la oposición a AMLO, pues ante la carencia de un proyecto alternativo de país con que competir, liderazgos que no tengan pasados corruptos, y la insistencia del poder económico de controlar la agenda de la oposición política conservadora prianista, más bien podemos decir que “mentir” ha sido el denominador común del actuar de la oposición prianista desde el primer minuto que perdieron el poder político y público.

La estrategia de intentar “hacer de una mentira una verdad al repetirla infinidad de veces”, inspirada fascistamente por la propaganda hitleriana no les ha dado resultado, y pese a ello, no son capaces de abandonar esa estrategia pobre y han continuado sus personajes políticos, mediáticos y económicos tratando de construir verdades a través de esa estrategia mediático goebbeliana (fascista) de mentir, esto no resultaría importante, pues al final de cuenta, sí pensamos en resultados electorales seguro la oposición prianista  en el 2024 tendrá un estrepitoso fracaso, pero sí pensamos en la calidad de la democracia, seguro que cuenta mucho, pues la democracia necesita de un sistema de partidos políticos auténtico y democráticos, una oposición que se conduzca en el debate de la ideas, unos liderazgos capaces de pensar proyectos de sociedad y hombre para resolver los graves problemas que aún vive la sociedad mexicana, causados por ese pasado pragmático promiscuo ejercido por esos demiurgos y aciagos periodos neoliberales de los gobierno prianista de los últimos 30 años.

No es factible que cambié de estrategia política ni de comportamiento la oposición en México, pues sus personajes y dirigencias carecen de salud mental, y movidos por las vísceras no ven otra forma de hacer política más que mintiendo, construyendo liderazgos pobres con antecedentes corruptos imborrables, como el patético personaje Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.

Tener una oposición enferma no debe alegrarnos ni mucho menos complacernos, pues se ha demostrado que las mayorías tienden a ser autoritarias y a enfermar también, más cuando sabemos, cómo el obradorismo está contaminado por personajes de la misma clase mentalmente enferma que sólo busca el poder por el poder.

Dista mucho de esperar los nuevos tiempos de una consolidación de la tan anhelada transición democrática y la 4ª Transformación pacífica de México, salvo que el pueblo tome en sus manos el poder y los mecanismos de participación ciudadana sean reales, de tal suerte que gobierne pueblo y clase política.

Septiembre de 2023