Por Iván Gidi Blanchet
Ha pasado un año desde el inicio de la administración de Ricardo Ahued y es momento de hacer una evaluación de su trabajo.
Hace un año expresé que mi confianza en el alcalde de Xalapa era completa y que habría que esperar para poder comprobar si esa confianza había sido bien ganada.
Pues bien, en mi opinión y por los hechos que más adelante relataré, puedo decir que la confianza depositada en Ricardo ha sido muy bien correspondida y su trabajo ha superado mis expectativas.
Cuando se vota por algún candidato, siempre se hace con la esperanza de que haga un buen papel. Los que contamos ya con algunos años, sabemos cuan frecuentes son las decepciones. Si no nos sale ladrón nos sale tonto o flojo. Así que cuando nuestro candidato resulta ser una persona no solo trabajadora y honesta sino eficiente, servicial y prudente, pues es como para hacer fiesta.
Pero vamos a los hechos, que hay mucho que ponderar.
La parte más visible es la obra publica. se llevó a cabo una inversión histórica cercana a los 500 millones de pesos en la realización de más de 250 obras, entre las que destacan la construcción de colectores pluviales, trabajos de pavimentación con concreto hidráulico, rehabilitación de caminos rurales y la mejora de servicios públicos como agua y saneamiento, urbanización, electrificación y embellecimiento de la ciudad. Las obras están a la vista, están por todos lados, nos obstaculizan el paso y nos hacen enojar y maldecir, pero estamos conscientes de que la molestia es pasajera y que los beneficios son duraderos.
Hace mucho que no veíamos a un servidor público tan accesible y cercano a la gente. Estamos acostumbrados al político imposible de ver, resguardado por secretarios, auxiliares y guaruras. Encontrarse con que a aquel candidato por el que votaste sigue siendo el mismo sujeto sencillo y servicial y que no se le ha subido a la cabeza es como una bocanada de aire fresco para un ciudadano acostumbrado a ver lo opuesto. Las miles de audiencias programadas y las miles de gestiones fuera de agenda llevadas a cabo por el ayuntamiento dan el mejor testimonio de que todavía existen políticos con vocación de servicio.
En materia de seguridad aumentó el salario de la policía municipal, dignificándola, y llevó a cabo la integración de cientos de redes y alarmas vecinales que ponen énfasis en la prevención del delito.
Hay mucho más que destacar, ya sea en materia de política social y apoyo a la población más vulnerable, en el fomento de la cultura o en el impulso empresarial, los números reportados por el ayuntamiento de Xalapa en este primer año no tienen precedente.
No puedo dejar de resaltar, casi casi agradecer, la madurez política con la que se ha conducido Ricardo Ahued. En estos tiempos de polarización, noticias falsas, insultos y descalificaciones fáciles, encontrar a un político serio, discreto y prudente, que se dedica a trabajar sin estridencias y que además lo hace con honradez, eficiencia y vocación de servicio es como encontrar un garbanzo de libra.
Esto apenas empieza y hay mucho por hacer. Seguiremos atentos a lo que haga y deje de hacer el gobierno de Xalapa. Señalaremos lo malo y aplaudiremos lo bueno.
