Victoria, una sobreviviente de feminicidio, lamentó que las instituciones invisibilizan a las mujeres que piden justicia cuando sufren violencia y denuncian a sus agresores. En conferencia de prensa este martes, la mujer relató que su pareja la golpeó mientras estaban en Playa del Carmen, y la llevó contra su voluntad a Orizaba, sitio del cual ambos son originarios.
Pese a que su agresor fue detenido en flagrancia cuando llegaron al ADO de Orizaba, no fue puesto a disposición por los elementos de la policía que lo detuvieron, pese a que el abogado de Victoria accedió al pago que le solicitaron de 2 mil 500 para que así fuera, y horas más tarde quedó en libertad, ya que solo fue señalado de cometer una falta administrativa.
Victoria, de profesión doctora, dijo temer por su integridad, pues su pareja que por años la violentó sigue libre e, incluso, la contrademandó acusandola de daño moral por hacer público su caso.
Afirmó que el sistema apuesta a que las denunciantes desistan ante la complejidad de sus casos, cuando éstos se deberían perseguir por oficio y no ser olvidados.
Victoria solicitó que se investigue con perspectiva de género y los peritos expertos necesarios para fundamentar su caso y detener la sordera institucional, además de saber tipificar el delito de tentativa de feminicidio y no minimizarlo como violencia familiar.
Pidió acompañamiento, protección y justicia en el proceso que actualmente enfrenta.
Sobrevivientes de feminicidio no son visibilizadas: Ana Valderrama
Ana Valderrama, integrante del colectivo Sobrevivientes de feminicidio, expuso que el gran problema de estas mujeres son tipificadas como víctimas de violencia doméstica. Estimó que si 12 mujeres son asesinadas al día en Veracruz, el doble de ellas sobreviven a una tentativa de feminicidio.
Afirmó que la agrupación que nació en Xalapa lleva tres años compañando a todas las integrantes en sus respectivos procesos de supervivencia la mayoría del estado de Veracruz, pero también de Chiapas, Yucatán, Oaxaca, Estado de México, Ciudad de México y otros puntos del país.
Refirió que las sobrevivientes de violencia mayúscula también son víctimas de “tortura institucional”, porque viven tratos degradantes, inhumanos y repetitivos.
Reprochó que a la fecha no se tenga un registro exacto de cuántas mujeres sobreviven a la violencia pues nadie se molesta en contarlas.