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Israel y Palestina en la Guerra Global Civil Fragmentada

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Lorenzo León Díez

A mi polemista Enrique Santamaría

En primer lugar, quiero señalar que, según los teóricos más avanzados de estrategia militar, actualmente se sostiene la ausencia integral de una teoría de guerra civil. Recientemente, dos historiadores españoles reafirman esta tesis: se puede hablar de la práctica ausencia de una teoría general de guerra civil, la “stásis” o guerra interna.

Estos autores enumeran las definiciones que han tratado de diferenciar las guerras civiles históricas y coyunturales de las revoluciones, los terrorismos o los motines. Postulan que la guerra civil es el conflicto armado interno entre un gobierno y una facción no gubernamental en el que se registran al menos mil bajas derivadas de los combates en un año natural. (Otros autores sitúan esta cifra en 500, pero la cifra más aceptada, según el Proyecto de Correlatos de Guerra, que es una estadística universal sobre la violencia militarizada, es de mil bajas en combate para que el conflicto se clasifique como una guerra civil, incluyendo soldados muertos en combate, heridos, prisioneros, así como muertos, heridos y refugiados civiles. Con base en estas consideraciones, se han identificado desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1995, 195 guerras civiles en todo el mundo.

Los investigadores argumentan que es imposible citar siquiera una parte mínimamente relevante de la literatura histórica dedicada a la guerra como epifenómeno, las guerras continentales, interestatales, civiles, totales y coloniales. Son numerosas las categorías utilizadas para describir los modelos de violencia: guerra de columnas, guerra de movimientos, guerra célere, guerra rápida, guerra de materiales, guerra moderna, guerra rápida y total, guerra alpargata, guerra de posiciones, batalla de desgaste, guerra virtual, guerra química, guerra dispersa, guerra subsidiaria, guerras pobres, guerra humanitaria, etc.

Para aproximarnos a la naturaleza de este actual conflicto entre Israel y Palestina, proponemos el término “guerra infinita”, ya que se trata de un conflicto permanente que data desde la fundación del Estado de Israel y el rechazo de un posible Estado palestino. Este conflicto abarca varias modalidades en la cartera conceptual de esta teoría en construcción.

Desde la perspectiva del Proyecto de Correlatos de Guerra, las víctimas de soldados muertos en combate de ambos bandos (el ejército de Israel y los guerrilleros de Hamas) son mínimas en comparación con las cientos de víctimas civiles de ambas nacionalidades. Esto empareja el conflicto actual con la Segunda Guerra Mundial, donde el índice de víctimas es mucho mayor entre los militares muertos, heridos y prisioneros, así como la población civil sacrificada.

Además, desde una perspectiva ortodoxa, se podría considerar como una violencia terrorista, lo que borra la línea entre motines, revoluciones, terrorismo y guerra civil. Por lo tanto, se necesita con urgencia una teoría útil para comprender las causas y el desarrollo de las guerras civiles, como lo señaló Hans Magnus Enzensberger en su momento. Como escribió el historiador y estratega Basil Liddell Hart, continuador de la teoría de Carl Von Clausewitz, la guerra es “una sombría rama a la que se le da el nombre de la ciencia de la guerra”.

Los investigadores han podido establecer que, de los 3,421 años de historia escrita, solo 268 años se han mantenido libres de conflictos. Calculan que la muerte del 15 por ciento de nuestros antepasados primitivos se debía a causas violentas. En el siglo XVI, esa proporción había descendido al 2 por ciento, y en el siglo pasado, solo el 0.7 por ciento de la población murió en combate.

Lo que ocurre en Medio Oriente tiene rasgos de una guerra total. Este concepto surgió después de la Primera Guerra Mundial, cuando los civiles comenzaron a involucrarse en el conflicto al ofrecer reemplazos para el frente y trabajadores para las fábricas, convirtiéndose en objetivos prioritarios, ya que eran más vulnerables que las tropas entrenadas. En la Segunda Guerra Mundial, la guerra total involucró tanto al territorio estatal como a su población, no solo a sus fuerzas armadas.

Dado que no existe una noción de “frente” en el conflicto palestino-israelí, se necesita una nueva categoría para describirlo. No se trata de una guerra interestatal, ya que la comunidad internacional no reconoce un estado palestino. Podría considerarse una guerra interétnica o interreligiosa, pero en ningún sentido una guerra de posiciones o columnas. Podría ser, si se omite el término “terroristas” para referirse a Hamas, una guerra de resistencia. Es un conflicto complejo, ya que no es territorial, sino virtual o de propaganda, al igual que otros conflictos en el mundo. En ningún caso es como la “guerra sin odio” que el mariscal Rommel deseaba.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, desaparece el concepto de “guerra caliente” en la caracterización estratégica, aunque las muertes no se detienen en la guerra fría. Los teóricos, historiadores y estrategas contemporáneos consideran que para 2050, el porcentaje de naciones en conflicto se reducirá a la mitad de los niveles actuales. Esto no niega la importancia y el desastre que representa el actual ciclo de guerra infinita entre las etnias, espiritualidades y culturas de las naciones en Medio Oriente, que se puede estudiar a través de la polemología, la disciplina científica de la guerra. La palabra “polemología” proviene de “Pólemo”, hermano de “Enio”, en la literatura griega “Pólemo” personifica la guerra despiadada. Su uso más frecuente es “polémica”.

En mis planteamientos sobre el tema, en mi libro reciente “Nueva barbarie de la tristeza feliz” y en el que estoy preparando actualmente “El saber sombrío”, utilizo el concepto del pensador italiano Franco Bifo Berardi, “Guerra

Civil Global Fragmentada”. Esta caracterización también se aplica a la guerra en Ucrania, que es una guerra civil más claramente definida, ya que involucra un territorio en disputa entre dos sectores que comparten la misma tradición y cultura.

Referencias:

  • “La guerra futura” de Lawrence Freedman, Crítica, 2019.
  • “Comunidades rotas. Una historia global de las guerras civiles, 1917-2017” de Javier Rodrigo y David Alegre, Galaxia Gutenberg, 2019.
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