Orizaba, Ver.- En relación con acoso sexual en la vía pública el colectivo Marea Verde Altas Montañas refirió que ocho de cada 10 mujeres “se sienten inseguras en espacios públicos”. Luz María Reyes Huerta, representante de esa ONG, manifestó que esto se agrava porque las víctimas no denuncian, “y eso genera impunidad”.
“Desgraciadamente se han incrementado los casos de acoso sexual callejero en la ciudad. Muchas mujeres nos han reportado esta situación incluso algunas con evidencia videograbadas de esa situación que realmente es alarmante”, expuso.
Expuso que esta problemática afecta directamente a las mujeres y exhibe el estado de vulnerabilidad e indefensión en la que se encuentran en los espacios públicos y que generalmente pasa desapercibido o quedan a la impunidad.
Añadió que dicha impunidad es por la falta de denuncia de las víctimas contra sus agresores, “no se denuncia no porque las mujeres no quieran denunciar sino porque desgraciadamente ocurre tan frecuentemente que las mujeres no encuentran a quién acudir ante esa situación”.
Además, refirió, la mayoría de las víctimas son atacadas cuando van rumbo a la escuela, a sus trabajos y eso implica desviar su plan de día, “además que generalmente no sabes quién es la persona que hizo tal agresión”.
“Realmente todo esto es lamentable y alarmante. Es una situación difícil que pone de manifiesto qué tanto estamos vulnerables las mujeres”, recalcó.
Cabe mencionar que esta organización da cuenta en sus redes sociales de hechos de acoso sexual en contra de mujeres. Uno de estos es el caso de dos mujeres que fueron acosadas por un individuo en un autobús de pasajeros de la ciudad.
Las víctimas relataron que abordaron un autobús de la línea, Circuito Valle número 11 que circunda la ciudad, “junto con mi compañera nos tocó ir separadas. Me senté en los penúltimos asientos del lado izquierdo y hasta atrás estaba un hombre en malas condiciones, sucio, mal oliente. Parecía estar drogado”.
“Me senté junto a una chava y me pidió la parada. Cuando volteo para decirle a mi amiga que se pasara conmigo, este degenerado tenía ya abajo los pantalones y estaba haciendo sus ‘porquerías’ mientras me estaba viendo. Y tuvo el atrevimiento de sonreírme”.
