Valeria Segura
La parroquia de San Miguel Arcángel, la segunda construida en el continente americano, se ubica en el municipio de Medellín de Bravo. Edificada en 1524, este recinto está próximo a cumplir 500 años. Sin embargo, pobladores exponen que las autoridades no han contribuido a que esté en buen estado.
A pesar de su importancia histórica como uno de los primeros monumentos del periodo de la Colonia en México, la falta de cuidado por parte de los tres niveles de gobierno ha derivado en que se halle en pésimo estado.
En un recorrido por el inmueble se pueden apreciar los estragos producidos por el tiempo. La humedad ha dañado los muros y el comején también ha ocasionado perjuicios. Uno de los pobladores relata que estos insectos se comieron un cuadro de San Francisco de Asís que tenía 200 años de antigüedad, además de causar daño al mobiliario de madera que se encuentra en el interior de la parroquia.
La comunidad ha expuesto ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la necesidad de restaurar el templo pues no carecen de la capacitación necesaria para hacerlo por su propia cuenta. Comentaron que, empero, el instituto ha hecho caso omiso a las peticiones y únicamente se ciñe a otorgar algunos permisos y dar indicaciones en cuanto a los colores con los que deben pintar la parroquia, pero no han dado el mantenimiento que requiere el inmueble.
César Cruz, miembro de la iglesia, comenta que en diciembre del año pasado se reunieron con Arturo Balandrano, titular de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, quien les comentó que iban a dar un apoyo para iniciar la primera etapa de la reparación del lugar este año. Pero esta ayuda no llegó. En su lugar les plantearon que postularan el proyecto en la convocatoria del Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (Foremoba).
Por último, los medillenses solicitaron a las autoridades que se dé el mismo valor a esta capilla y les ayuden a repararla como lo han hecho con la Fortaleza de San Carlos, en Perote, y la catedral del Puerto de Veracruz.
