Las integrantes de la colectiva xalapeña Sobrevivientes de Feminicidio lamentaron que a pesar de que en los últimos años se han privilegiado estrategias para atender feminicidios y muertes violentas de mujeres, que además contempla medidas de prevención, no se consideran relevantes estos casos cuando son en grado de tentativa.
En rueda de prensa, señalaron que incluso a los fiscales les falta capacitación para reconocer la violencia feminicida, pues minimizan los casos en muchas ocasiones y las reducen a violencia intrafamiliar.
“Las sobrevivientes sobrevivimos a dos formas de violencia: la primera, la del atentado de nuestro agresor. La segunda, la que ejerce el Estado contra nosotras en cuanto a sus acciones y omisiones, o lo que nosotras llamamos “tortura institucional” cuando buscamos justicia”, expuso Ana Valderrama.
Comentó que las sobrevivientes de estos ataques han sido olvidadas por la justicia, sus casos se han vuelto invisibles en carpetas, clasificados en categorías de delitos menores como “lesiones dolosas” o “violencia familiar”.
“La prensa está efectuando muchísima más investigación que las que están haciendo ellos, dentro de esos espacios que funcionan para regular la justicia. No sabemos si es porque están saturados de trabajo y decidan minimizar o no tengan las herramientas. Pero si esa impunidad, si ese abandono de trabajo provoca las muertes de mujeres es complicidad. El Estado con su ineficiencia produce complicidad”, fustigó Jimena Bios, también integrante del colectivo.
De acuerdo con la investigación de la periodista Gloria Piña, en los últimos ocho años se perpetraron en México 1.7 millones de ataques violentos contra mujeres, de los cuales solo 781 fueron a juicio como intento o tentativa de feminicidio, lo que representa 0.04 por ciento. El resto fue clasificado como lesión dolosa o violencia familiar.
Asimismo, la autora indica que estas agresiones contra las mujeres se incrementó drásticamente en la pandemia. De enero de 2020 a marzo de 2022, se abrieron mil 426 carpetas de investigación por tentativa de feminicidio, tendencia superior a lo registrado en los últimos ocho años.
