Animalistas buscan un amparo para suspender la capea de toros en Xico que se tiene programada para este sábado, como parte de las actividades relacionadas con las festividades de María Magdalena.
Se trata de una actividad que ha sido criticada porque se sueltan toros en la calle principal de este municipio, con lo que se ha advertido se promueve el maltrato animal.
Diversos grupos animalistas han advertido que esta actividad es una forma en la que las autoridades municipales violentan la Ley de Protección Animal al cambiar el nombre a la llamada “Xiqueñada”.
La solicitud de amparo fue promovida ante el juzgado primero de distrito del séptimo circuito con sede en Xalapa, que derivó en el expediente 699/2023 que aún se revisa.
Cabe destacar que la queja se presentó en contra de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) por parte de Claudia Valeria Leonardo Landa, que durante años ha buscado la erradicación de esta actividad a través de la organización Movimiento Consciencia.
En julio del año pasado el ayuntamiento de Xico emitió un reglamento de protección animal para regular esta capea que es considerada como “una tradición taurina”.
Estableció que única y exclusivamente se podrán utilizar toros de lidia (toros bravos) para eventos en la calle tipo capea.
El número de ejemplares debe ser proporcional al número de calles para garantizar un buen espectáculo; el ganado deberá contar con el trapío (buena apariencia física).
Los toros deben ser ganado de lidia, pudiendo tratarse de ganado de desecho o presentar defectos de cornamenta, pero no se aprobarán toros enfermos ni con malformaciones genéticas, por lo cual se sugiere la presencia del veterinario para supervisar que el ganado vaya en condiciones óptimas al embarcar en la ganadería y desembarcar en la localidad.
Los toros deberán ser reseñados por el comité organizador y por el ganadero o un representante del mismo (ganadería, hierro, número, pinta, edad, cornamenta, nombre), con la finalidad de llevar un control y que los toros no sean cambiados de última hora.
Organizaciones de protección animal insisten en que estas actividades promueven la violencia contra los animales y que no puede ser tomada como tradición.
