Clara Zepeda
A dos semanas desde que empezó la guerra entre Israel y Hamas, los precios del petróleo y del oro reflejan preocupación pero no aún una escalada.
De acuerdo con Madison Faller, estratega de inversiones globales de JP Morgan, los mercados están muy conscientes del conflicto y reflejan lo que se sabe hasta ahora. Esto podría cambiar si la situación empeora pero, por ahora, su comportamiento ha estado en línea con acontecimientos geopolíticos pasados y más bien han puesto atención en el ciclo y contexto económicos.
Desde que comenzaron las hostilidades, la moneda de Israel (el shekel) se ha debilitado más de 5.0 por ciento frente al dólar y los precios del petróleo y oro (considerado un refugio seguro) se han disparado alrededor de 10 por ciento, a niveles cercanos a los 90 dólares por barril en el caso del energético y en las puertas de los 2 mil dólares en el caso del metal amarillo.
“Si bien esto indica cierta preocupación no refleja aún las repercusiones de un conflicto mayor. Por ejemplo, la Guerra de Yom Kippur de 1973 (hace 50 años) involucró a más naciones y propició un embargo de los países árabes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Esta medida tuvo consecuencias dramáticas, al disparar el precio del barril en más de 300 por ciento, lo cual, a su vez, empujó al alza la inflación y generó una recesión y caída prolongada de los mercados bursátiles.