La posible reapertura turística de la Isla de Sacrificios en Veracruz enfrenta desafíos debido a la escasa cultura ambiental en la región, según Luis Enrique Aguilar Álvarez, presidente de la asociación ambientalista Cool Planet. Se destaca la falta de educación ambiental tanto entre los visitantes como los locales, lo que podría tener un impacto negativo en este pequeño ecosistema costero.
Expertos advierten que la reapertura de la Isla de Sacrificios podría significar un retroceso, con riesgos de contaminación y acumulación de basura. La isla ha permanecido cerrada al público desde 1983 para permitir la recuperación y protección del ecosistema, afectado por la contaminación y la actividad humana.
Con dimensiones de 450 metros de largo por 198 metros de ancho, la Isla de Sacrificios es parte del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, hogar de especies marinas protegidas y en peligro de extinción, como la tortuga Carey, que la elige como lugar de desove.
Aguilar Álvarez señaló que, aunque la isla es pequeña en comparación con la creciente población, el impacto ambiental podría ser significativo si se permite el turismo sin la debida conciencia ambiental. Destacó la importancia de la educación ambiental, especialmente a nivel estatal, para garantizar la protección de áreas naturales protegidas.
Como medida educativa, se realizan visitas a la Isla de Sacrificios con jóvenes en servicio social para concientizar sobre la importancia de cuidar estas áreas. Aguilar Álvarez enfatizó que, a pesar de los avances en la educación ambiental, aún hay mucho por hacer en todos los niveles educativos y en el ámbito estatal.
