La sustracción de piezas arqueológicas sigue siendo un problema en México, y específicamente en el estado de Veracruz, debido a su abundancia de vestigios prehispánicos, según Henri Noel Bernard Medina, jefe del departamento de Análisis Arqueométricos del Museo de Antropología de Xalapa (MAX).
El investigador señaló que el saqueo de vestigios prehispánicos es una preocupación generalizada en Veracruz, destacando la pérdida de información académica cuando las piezas son saqueadas sin contexto.
Bernard Medina también atribuyó la falta de vigilancia en las zonas ricas en vestigios prehispánicos a la insuficiencia de recursos por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Además, enfatizó que las piezas prehispánicas no pueden venderse ni traficarse, y quienes participan en estas prácticas ilegales se enfrentan a las consecuencias legales. Subrayó que el saqueo de vestigios prehispánicos conlleva la pérdida de información crucial para comprender las culturas del pasado.
El integrante del MAX mencionó que el INAH debe encargarse de reclamar legalmente las piezas que se ponen a la venta en subastas en otros países, donde alcanzan valores de miles de euros o dólares.
Además, señaló que el robo y tráfico ilícito de bienes culturales es uno de los delitos más lucrativos, con ganancias aproximadas de 6 mil millones de dólares anuales, según la Interpol. En México, este delito ha crecido debido a la anarquía, falta de regulación y opacidad, además de la participación de una red criminal internacional que incluye a anticuarios, políticos, narcotraficantes y coleccionistas en varios países, incluido México.
Se estima que nueve de cada diez bienes culturales robados en México nunca han sido recuperados, lo que destaca la gravedad de la situación en cuanto al tráfico del patrimonio cultural en el país.
