Orizaba, Ver. -La prohibición para el uso de las terapias de conversión causó molestia entre el clero mexicano e incluso advierte que pudiera desatarse una “cacería de brujas” en contra de profesionales de la salud mental. Helkyn Enríquez Báez, vocero de la diócesis de Orizaba, reclama que el país necesita resultados en otros temas como la violencia.
Señala que la reforma avalada por el Senado de la República para sancionar hasta con seis años de prisión y una multa de 2 mil veces el valor diario de la unidad de medida y actualización (UMA), a quien incurra en las denominadas terapias de conversión sexual –prácticas que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pueden equivaler a actos de tortura–, debe ser analizada por especialistas y no desde el terreno de lo político.
“Habría que hacer un análisis en primer lugar porque parece ser que más que un interés por las personas, esto obedece a una agenda política, a una ideología que se trata de imponer en muchos países”.
Aquí, recomienda, “habría que ver si ese tipo de leyes son las que urgen en México, si ese tipo de iniciativas que se están haciendo para modificar los códigos responden a una necesidad imperante, aunque es cierto que hay que combatir todo tipo de violencia”.
Es una demanda, “sobre todo a los legisladores para atender por ejemplo la revisión en las estrategias de seguridad, cómo se está combatiendo la impunidad especialmente en muchos casos. Habría que ver también la capacidad de los padres para el desarrollo integral de sus hijos, y ver si no se puede tomar como una herramienta para juzgar a psiquiatras, a psicólogos que en determinados momentos se les quisiera atacar, al igual que a niños y adolescentes con otro tipo de circunstancias”.
Esta reforma, da a conocer, corre el riesgo de que se pudiera convertir, “como se dice popularmente, en una cacería de brujas” en contra de profesionales de la salud emocional y la salud mental.
Por eso, agrega, “ese tipo de leyes tendrían que pasar por filtros, que sean analizadas por especialistas en el tema como psicólogos y psiquiatras, y no solamente por el voto de los legisladores que sabemos muchas veces ignoran de cuestiones legales”, y más de temas de medicina psiquiatría y salud mental.
“Ese tipo de leyes tendrían que pasar por filtros, que sean analizadas por especialistas”, insistió el religioso ■ Foto La Jornada
