Orizaba, Ver.- El avance de la degradación ambiental condujo al planeta a un grave deterioro, al grado de llegar a daños extremos que incluso amenazan a la cuarta parte de la flora y fauna de este planeta. Millones de especies de animales y flora están bajo la amenaza de la extinción.
“Los ecosistemas y su biodiversidad han sido alterados considerablemente, dentro de las principales causas se encuentra la pérdida y degradación de los hábitats, la sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación y la presencia de especies invasoras”.
De acuerdo con datos de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, disponible en: https://www.biodiversidad.gob.mx/planeta/internacional/ipbes, “actualmente en el mundo tres cuartas partes de la superficie terrestre y dos terceras partes de la superficie oceánica han sido afectadas por las actividades humanas. Se ha perdido más del 85 por ciento de la superficie de humedales y aproximadamente 40 por ciento de la superficie con cuencas hidrológicas ha sufrido una degradación de moderada a extrema. En promedio, alrededor de 25 por ciento de las especies de flora y fauna están amenazadas y un millón ya están en peligro de extinción”.
Asimismo, se precisa, “la pérdida de diversidad, producto de la desaparición de variedades y razas locales de plantas y animales domesticados, incluida la diversidad genética, plantea un grave riesgo para la seguridad alimentaria mundial, ya que debilita la resiliencia de muchos sistemas agrícolas ante amenazas como las plagas, los patógenos y el cambio climático”.
La producción agrícola es uno de los promotores de cambio más fuertes, provocando la degradación del 23 por ciento de los suelos, reduciendo su productividad y amenazando la seguridad alimentaria. Cerca del 80 por ciento de las aguas residuales se vierten al ambiente sin un tratamiento previo. La cantidad de plástico que se desecha a los mares ha aumentado 10 veces desde 1980.
Cada año las industrias, se señala, “vierten en cuerpos de agua más de 300 millones de toneladas de metales pesados, sustancias tóxicas y otros desechos. Vivimos una gran desigualdad, ya que en los países desarrollados cada individuo consume cuatro veces más materiales al año que aquellos que viven en los países menos desarrollados”.
Con estos datos podemos constatar, se agrega, “la gran afectación de los ecosistemas terrestres y acuáticos, así como el rápido declive de la diversidad biológica, las funciones ecosistémicas y con ello, una amenaza al sustento de los seres humanos. Pese a este panorama, actualmente es posible detener esta tendencia negativa y transitar hacia modos de vida sostenibles, pero se requiere actuar con urgencia”.
Se necesitan vías “que contemplen cambios transformadores en la producción, el consumo de energía y recursos naturales, así como el uso sostenible y la distribución equitativa derivado de la utilización de la naturaleza”.
