Veracruz, Ver.- Florentino Vela caminaba alrededor de una loma de arena que se ubica a unos metros de su vivienda, en Río Medio 4, cuando observó una pequeña figura atrapada entre lo que parecía una roca.
Se acercó y pensando que podría ser algo valioso, comenzó a escarbar con sus manos, hasta que de a poco logró sacarla, corrió a casa, y se la mostró a Fernando, su sobrino. De inmediato la lavaron con agua y notaron que brillaba bajo la luz, era una suerte de ídolo, un hombre con la nariz grande. Al otro día decidieron ir a buscar más.
Encontraron decenas de fragmentos de vasijas, estatuas, parte de lo que parece un brazo, un torso, un dedo, todo en barro; llamaron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pero no obtuvieron respuesta. “No nos contestaron, hasta que salió en medios de comunicación se comunicaron, dijeron que sí eran piezas arqueológicas verídicas y que tienen alrededor de mil 500 años de antigüedad”, explicó Fernando, emocionado.
Guardan celosamente sus hallazgos en una canasta, envueltos en una toalla para evitar dañarlos. “Se ven piezas de barro, que son tepalcates, que son como pedacitos que el mismo arqueólogo dice que era un cementerio, que no vamos a encontrar nada de oro, porque aquí enterraban a puro muertito”, afirmó Florentino.
La zona es un área habitacional que está en construcción, son viviendas de interés social, construidas en un terreno ganado a las dunas, justamente como la que guarda todos los vestigios arqueológicos.
Los vecinos se han dado cita a observar y tratar de localizar más, hay decenas de fragmentos incrustados en las piedras, es un secreto a voces que los más grandes ya han sido hallados y llevados por algunos habitantes a sus casas, como tesoros. Este viernes autoridades del INAH acudirán a la zona para revisar el perímetro y determinar qué pasará con las piezas halladas.
