Por María José García Oramas
Tenemos años denunciando la violencia de género dentro y fuera de la universidad. Años actuando y buscando la procuración de justicia. Años observando como nuestros colegas seducen a las estudiantes de generación en generación, buscando lo que descaradamente llaman “carne fresca”.
Años escuchando historias de las chicas sobre acoso, miedo y desesperanza en los que, a lo más, atinan a pasarse la voz entre si para no tomar clases con este tipo de profesores que las molestan y hacen comentarios obscenos y machistas sin ningún asomo de respeto a las mujeres.
Por todo ello, no resulta extraño escuchar ahora a este colega decirnos que “es hora de superarlo”. Pues no, es hora pero de terminar con esta historia de abuso y negligencia. Se lo debemos a las nuevas generaciones que actuan con fortaleza y dignidad para enfrentar a este tipo de profesores. Por ellas y con ellas nos solidarizamos con su denuncia.
Afortunadamente ya contamos con mecanismos para apoyarlas y aun cuando los hombres violentos y machistas se nos sigan escabullendo por los recovecos de la ley, tarde o temprano serán sancionados.
Como feminista y como docente de la facultad de psicologia de la UV desde hace mas de 20 años me resulta imposible apelar al prestigio de la facultad ante estos hechos. El prestigio se gana y hoy lo hemos perdido. Es hora de recuperarlo porque no, la violencia no la hemos superado ni lo haremos. Lo que si vamos a hacer es seguir luchando por una vida libre de violencia para las mujeres dentro y fuera de la universidad.
