Luis Bello Estrada
La política es considerada como la “episteme suprema”, es decir como la actividad racional que está por encima de todas las demás acciones para procurar la convivencia armónica de las personas. La ausencia de la política es la guerra, es muerte y caos, y es algo que nos ensombrece a todos y a cada momento. La forma más civilizada de hacer política es la democracia, o al menos corresponde ésta al ideal general de las naciones modernas occidentales. Difícilmente alguien, con sano juicio, promovería en vez de un presidente de una república a un monarca o a un representante de dios en la tierra para que organizara la vida pública.
Pensar que el próximo 10 de abril se vota por la “revocación de mandato” es un error, se elige en el fondo por la construcción y desarrollo de la democracia y la política en México, considerando los fines, por limitar la guerra y el caos. Quien crea que la próxima elección federal trata solo de reconocer o rechazar al actual presidente, desconoce que los resultados definen mucho más, como:
1) Las tendencias de adhesiones a la reforma energética, que sufragará el congreso federal, tentativamente tres días después, es decir hacia el 13 del mismo mes, así el votar o no, y su sentido implica abonar por una industria eléctrica con esencia publica y nacional o por una privatizada con capitales nacionales y extranjeros.
2) Así, implica votar por la soberanía energética de México.
3) Implica el resignarse a malos gobiernos federales por un lustro más un año, o solo padecerlos la mitad del tiempo, es decir tres años.
4) Se vota por el ejercicio de la democracia directa. Los mexicanos estamos acostumbrados a la democracia indirecta o representativa, en manos de los diputados y senadores, pero en la revocación de mandato, el referéndum y el plebiscito los ciudadanos elegimos directamente y eso es nuevo en nuestra alacena democrática.
5) Se vota por un modelo de país basado en democracia y participación, o por uno donde las personas no participamos de nuestro destino.
6) Desde luego se ratifica o rectifica el modelo socio económico que estamos viviendo. Así se vota por un modelo neoliberal o un modelo de bienestar.
7) Se elige votando o no, en contra de los dos consejeros del INE que han obstaculizado la elección.
8) Elegimos ser parte de nuestro destino, o lo dejamos a los vaivenes de los poderes fácticos, mediáticos con otros intereses marginales al nuestro. Y
9) Se le da una confirmación al presidente reconociéndole sus esfuerzos, o se le ignora por la pérdida de confianza en él.
Así, por tu país, tu familia y por ti, acude el 10 de marzo a votar, demuestra que formas parte de la episteme suprema y que eres valioso para decidir el futuro.