viernes, mayo 3, 2024
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Los diputados y senadores del PRIAN, la historia de una estulticia sin límite

Mario Mijares

Jean Jacques Rousseau en su obra Emilio o de la educación señala que para los infantes todo es infinito, a nada saben poner límites, y es porque tienen corto el entendimiento. Partiendo de la premisa anterior, después de escuchar algunas vociferaciones en las tribunas, tanto de senadores como de diputados panistas y priistas, en donde por más que la bancada morenista y del partido de trabajo con Noroña a la cabeza les explican con manzanas, aquellos los insultan, los descalifican; ninguno de ellos tiene la posibilidad siquiera de ruborizarse, pues son tan limitados intelectualmente, que piensan que los están alabando. Son, en definitiva, representantes de una estulticia incesante.

Sus conocimientos políticos y culturales son totalmente acotados. Sus juicios se hallan desprovistos del más mínimo sentido de recato y de argumentación, donde lo único que revelan a la hora de intervenir en tribuna es su ignorancia y flaqueza de entendimiento. Su dogmatismo a ultranza hace que la mayoría de ellos no conciba que todo lo que se discute en las dos Cámaras, sean propuestas benéficas incluso para sus intereses, nutre los valores de una verdadera república.

La constante durante estos cuatro años ha sido la de externar un rechazo sistemático a todos los temas que se han discutido en el Congreso de la Unión, tal rechazo se multiplica y se convierte en intransigencia revestida de oposición, más aún cuando la iniciativa o propuesta parte del presidente Andrés Manuel López obrador.

Semejante actuar no es nuevo, pues cuando eran mayoría se comportaban de la misma manera, solo que las órdenes venían de sus amos partidistas: ellos únicamente obedecen las líneas que les marcan. Estos senadores y diputados de quienes nos venimos refiriendo son, sin lugar a dudas, defensores de las oligarquías -financieras, industriales, comerciales o terratenientes-, y trabajan con el mismo razonamiento, es decir, en razón irrestricta de la ganancia y la acumulación de bienes.

Las senadoras y diputadas del PRIAN, aparte de que no tienen argumentos teóricos, también tienen una fisonomía particular: solo van a lucirse. Con base en insultos y oprobios, ellas sólo piensan en tomarse fotografías al más puro estilo de las actrices de la televisión mexicana, pero su discurso está impregnado de lugares comunes.