martes, mayo 21, 2024
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LA SIESTA

APUNTES: EL DESCANSO

Javier Hernand Garcés

La siesta

Se suele llamar siesta al descanso corto después de consumir los alimentos del medio día, se puede dormir, aunque todos no duermen, simplemente descansan para recuperarse de la jornada de la mañana. Normalmente la siesta se hace entre 20 a 30 minutos y no es precisamente un recurso por no haber dormido la noche anterior. Se trata de un tiempo dedicado a un descanso “extra” que muchos lo hacen y no lo consideran como parte del dormir cotidiano, aunque sí es un camino para “recargar energías” y relajarse antes de emprender la jornada de la tarde y muchas veces las actividades planeadas en las primeras horas de la noche.

En todo caso, la siesta contribuye a soltar, mitigar la fatiga causada por el trabajo o responsabilidades en general, mejora el estado de alerta, mejora la memoria. Aunque la siesta no es para todos, ya que muchos “se enferman” o se sienten muy mal de ese corto tiempo de dormir o simplemente dormir durante el día. La siesta podría generar aturdimiento y desorientación al despertarse, incrementar la posibilidad de insomnio, el hecho que no se hace la siesta necesariamente en la cama podría causar dolores al exponer el cuerpo a posiciones incómodas, tal es el caso de dormir sentado, o con la cabeza en una superficie dura.

Como todo, si queremos empezar a tomar siestas diarias, necesariamente necesitamos una teoría al respecto. Que el tiempo que se dedique a la siesta no exceda los 20 minutos de sueño, dormir inmediatamente termina los alimentos del medio día y, sobre todo, elegir un lugar propicio, donde no haya ruido y sea oscuro, en todo caso la hora y la duración de la siesta podría variar si consideramos el consumo de medicamentos recetados para dolencias tratadas con esos fármacos. De igual manera el despertar debe ser tranquilo y armónico, retomar las actividades de manera segura y con una buena actitud, quizá lavarse la cara con agua tibia, sentir el aire fresco.

“La siesta puede aumentar la flexibilidad cognitiva, mejorar la concentración y aumentar la capacidad del cerebro para procesar y almacenar información. De hecho, un estudio realizado en la NASA analizó el efecto cognitivo de la siesta en pilotos militares y astronautas. Los que durmieron la siesta mejoraron su rendimiento general en un 34% y su estado de alerta en un 100%.” (SleepScoreLabs, 30 jul 2020)

La siesta no es para todos, dormir en la primera hora de la tarde nos puede llevar a dormir varias horas y despertar más cansados y confundidos, muchos reportan que se enferman y detestan esa culpa que se siente el haber perdido el control y terminar durmiendo y descuidar las responsabilidades y lo peor, no poder dormir esa noche y sentirse mal. Esa es la diferencia entre dormir por la noche y tomar una siesta. La siesta es un descanso programado, es de corto tiempo, veinte minutos, mientras que el sueño reparador de 7 u 8 horas de sueño nocturno es, en sí, un proceso de restablecimiento del ritmo vital cerebral con sus etapas de sueño, esto es, sueño ligero, sueño profundo junto a los ciclos REM, los que se repiten en tiempos de 90-110 minutos. El llegar al sueño profundo y REM es llegar a la restauración completa, lo que lleva al humano a tener una vida feliz y saludable. El no llegar al sueño profundo y el REM enferma al ser humano, sube la presión arterial.

Otras de las virtudes del buen dormir es precisamente, el control de la ansiedad y la depresión, dadas las circunstancias que dormir bien, se beneficia de la secreción de la melanina y serotonina, como lo señalamos ya que merman el efecto de las hormonas del estrés, la adrenalina y el cortisol.

“Al dormir somos más sanos el cuerpo se regenera durante el sueño, nuestro sistema inmune se hace más fuerte, en consecuencia, podemos combatir las enfermedades. Nuestra memoria a corto y largo plazo se implementan. Dormir bien hace que nuestro corazón sea más fuerte”. (Garcés)  

“Aquellos que padecen de desórdenes del sueño tienen más posibilidades de sufrir insuficiencias cardiacas” (European Heart Journal).

La siesta, en todo caso, no llega a los ciclos REM, no es un sueño profundo, la mayoría de los 20 minutos de siesta pasan en el llamado sueño ligero, es para recargar energía, aumentar el estado de alerta, los estudios señalan que las personas que toman siestas en la primera hora de la tarde tienen más energía que las personas que no lo hacen, el tomar una siesta es similar a tomar una bebida energética o cantidades de cafeína que a la postre son opuestas a la buena salud en general. Se ha demostrado que la siesta mejora la capacidad de aprender, reducir el estrés y ser más feliz.

Muchas personas son renuentes a tomar siestas, argumentan que se sienten peor que antes de tomarlas, se sienten culpables y lo consideran una debilidad. Nada más lejano a la realidad, todos los estudios concluyen que la siesta favorece la recuperación del sistema inmunitario, reduce la producción del cortisol, la hormona del estrés, y recupera las energías para terminar las labores del día. Los consejos para quienes temen quedarse dormidos más de 20 minutos se pueden superar al poner su alarma despertadora, que no sea más de 20 minutos qué haya un ambiente tranquilo, qué sea en la primera hora de la tarde y qué pienses que la siesta es para mejorar la salud y no un indicador de flaqueza o debilidad.

Dos estudios publicados por Sleep Medicine Reviews, 2022 con respecto a las posibles afecciones que podría ocasionar la siesta concluyen:

“…no se encontró ninguna asociación significativa entre la siesta diurna corta y la mayoría de los resultados mencionados. Nuestros meta-análisis de dosis-respuesta mostraron que la siesta diurna <30 min/día no se asoció significativamente con mayores probabilidades de la mayoría de los factores de riesgo…”. (Sleep Medicine Reviews, 2022)     

De igual manera, en otro estudio publicado por la misma institución señala:

“…Las siestas se consideran cada vez más un medio para aumentar el rendimiento cognitivo. Se cuantificaron los efectos cognitivos de la siesta en 60 muestras de 54 estudios. En 52 muestras se evaluó la memoria. Primero se evaluaron los tamaños del efecto para todas las pruebas juntas, antes de evaluar por separado sus efectos sobre la memoria, la vigilancia, la velocidad de procesamiento y la función ejecutiva. A continuación, se examinó si los efectos de la siesta estaban moderados por las características del estudio de la edad, la duración de la siesta, la hora de inicio de la siesta, la habitualidad y la restricción previa del sueño. Las siestas mostraron beneficios significativos para el conjunto total de pruebas cognitivas. Hubo efectos significativos en dominios específicos para la memoria declarativa   y la memoria procedimental…” (Sleep Medicine Reviews, 2022).

En conclusión, la siesta es un descanso en la primera hora de la tarde que, con su debido cuidado de tiempo y espacio donde se la practica, beneficia la salud humana, mejora la memoria, la cognición, la capacidad de enfocar la atención y demás.    

Javier Hernand Garcés es Licenciado en Derecho, Maestro en Derecho Ambiental y Licenciado en Naturopatía.