domingo, mayo 5, 2024
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La corrupción no se extirpa, con impunidad y tolerancia

José Lima Cobos

Si el presidente López Obrador quiere, auténticamente, extirpar la corrupción se exige cero impunidad y cero tolerancia, nada de contemplaciones o tortuguismo, pues esto último desalienta y solo alebresta a los alacranes y ladrones, que están prestos para dar el zarpazo y heridos como están, ante los señalamientos diarios, -pero sin mayores consecuencias, o resultados pírricos- se mofan de un gobierno que tiene buenas intenciones pero que no vence las resistencias de ese pasado ominoso.

Los ejemplos de la parsimonia de la fiscalía, hoy con autonomía plena, pero sin muchos resultados, no colma los ánimos de quienes luchan por sanear las condiciones desastrosas en que se encuentra el país, porque demostrado está que los grandes tiburones internos y externos, no pagaban impuestos y el agandalle era el pan nuestro de cada día, lo que ha hecho posible que exista obra pública, sin recurrir al endeudamiento del país.

El caso emblemático que es necesario traer a colación, como de relevancia nacional –y así tiene que calificarse, pero con pésimas o nulas consecuencias-, es el del ministro Medina Mora que, pese a que su llegada al Poder Judicial se dio en violación clara del artículo 94 constitucional, pero sin ningún reclamo, es su retiro sospechoso cuando ya existía denuncias en su contra y nadie reparó para que se le castigara, lo que evidencia que la dictadura del poder judicial, lleva a la impunidad, pues no se encontró malestar en sus pares que lo arroparon de manera por demás elocuente, y así, que nos quedamos en las nubes y lo estaremos, porque se le ha echado tierra a su enriquecimiento inexplicable.

De lo anterior se deduce o bien se puede concluir, que el maridaje o contubernio en sus pares -que deberían de ser los primeros de ser y parecen impolutos por la delicada tarea de impartir justicia- hacen como que la virgen les habla, y eso no puede y debe permitirse que la impunidad se escandalice, porque ya se observó a que intereses sirven cuando de los once ministros que analizarían la constitucionalidad de la ley eléctrica, solo cuatro la salvaron para evitar que el pueblo sufra las consecuencias de la voracidad, de los que supuestamente venden energía limpia y rezagan la electricidad que genera la CFE y el estados los subsidie, en tanto la empresa del Estado tiene la capacidad de generar el 54 por ciento de las necesidades del país.

El Estado, representante de la nación y de los intereses de los nacionales en toda su extensión, -con el pretexto de la autonomía e independencia del poder judicial- no vigiló ni ha solicitado que se haga una investigación a fondo de esos siete ministros- Pérez Dayan, Aguilar, Laynes, González, Piña, Pardo y quien fuera encargado del SAT -al ser público y notorio, cómo las empresas nacionales y extranjeras- de España y Estados Unidos, sobre todo, presionaron de mil forma y además de los cientos amparos concedido por los jueces federales para que esa ley no se aplicara, habida cuenta que hay precedentes claros de sobornos en la época de la presidencia de Calderón y Peña Nieto, de ahí que existe duda razonable de que hayan sido cooptados.

El artículo 109 constitucional es claro al expresar “los servidores públicos y particulares que incurran en responsabilidad frente al Estado serán sancionados” y lógico, porque la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia no debe estar en entredicho y tal parece que ese asunto no se moverá ni una coma a lo ya consumado, lo que es siniestro, por desalienta la esperanza de un México nuevo, que no sea el contubernio y la complicidad que se empodere del país.

Como podrá verse todo está en la constitución , sin embargo, la ley del embudo es lo que prevalece y en consecuencia, el destierro de la corrupción queda en “sospechosismo nefasto” o en lo anecdótico, en síntesis, “que se haga la voluntad de Dios, en los bueyes de mi compadre”.

Claridad y castigo, no se pide más, tampoco menos, pues la gravedad del actuar de los ministros de la Suprema Corte, pende de alfileres el destino del país, si, como se está observando, pueden más los intereses particulares que el bienestar de la nación, cuidado, ”porque el horno no está para bollos“, y esta actitud puede ser un aviso de lo que se llegara a consumar en el futuro con lo que representan los bienes de la nación, como bien lo señalo el presidente López Mateos: “en la industria eléctrica no habrá ni merinos ni ladrones y, cuidado por no faltarán los traidores a la patria que quieran entregan los bienes de la nación a extranjeros”.

El precedente del exministro Medina Mora es un acto descarado y bochornoso porque, después de promover la jurisprudencia de la segunda Sala- integrada por Pérez Dayán ,Laynes, Esquivel- propuesta por Amlo al senado como ministra- y Franco , para que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda no tuviera facultades de intervenir o bien congelar cuentas de los delincuentes nacionales, salvo que existiera una solicitud de un gobierno extranjero; con su simple renuncia al cargo, ahora vive pensionado por el Issste y la propia corte, -por existir la disposición constitucional que al retirarse del cargo, tiene derecho a un” haber de retiro”, que no podrá ser menor de lo que gana un ministro en activo- seiscientos mil pesos mensuales, los primeros dos años y los restante, el 80 por cierto- infamia tal que tiene que sufrir el pueblo mexicano, al través de los arbitrarios fideicomisos que crean los organismos autónomos, pese a que, de acuerdo con la Corte Interamericana de derechos humanos, es responsable de la violación de las mas de 14 mujeres de Atenco, que se opusieron al famoso cancelado aeropuerto de la ciudad de México, vaya carencia absoluta de progenitora.

limacobos@hotmail.com

Twitter: @limacobos1